(ZENIT – 17 sept. 2018).- El Santo Padre anima a todas las familias que participan y se unirán espiritualmente a la peregrinación a «perseguir siempre el gran ideal de la santidad de la familia», para que cada casa sea la «escuela del Evangelio» de la familia, escuela de «fidelidad y de sinceridad», escuela de «paz y de perdón», escuela de «escucha y reconciliación», escuela de «comunión y solidaridad».
El Papa Francisco, ha enviado un mensaje, a través del cardenal Secretario de Estado, Pietro Parolin, a Mons. Tommaso Caputo, Arzobispo Prelado y Delegado Pontificio del Santuario de la Santísima Virgen María del Santo Santuario de Pompeya, con motivo de la XI Peregrinación Nacional de las Familias a Pompeya.
Esta peregrinación se realiza desde Scafati a Pompeya, está patrocinada por el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, y promovida por la Renovación en el Espíritu Santo en colaboración con la Prelatura Pontificia de Pompeya, la Oficina Nacional de Pastoral Familiar de la CEI y el Foro de Asociaciones familiares.
«El Papa cuenta con vosotros –escribe Mons. Parolin– para el acompañamiento las familias más vulnerables, las que viven el drama de la separación, las más pobres, las que no pueden encontrar trabajo o que lo han perdido, las que se han visto obligadas a emigrar o han sido afectadas por catástrofes, las afligidas por sufrimientos y duelos».
También recomienda que «no se olviden los matrimonios más jóvenes y los ancianos, así como los novios y los viudos», ha transmitido el Secretario de Estado del Vaticano a las familias.
A continuación, ofrecemos el mensaje
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Mensaje del Cardenal Pietro Parolin
Excelencia Reverendísima
Con motivo de la XI Peregrinación Nacional de las Familias para la Familia, que se lleva a cabo de Scafati a Pompeya, bajo la mirada maternal de la Virgen del Rosario, el Santo Padre Francisco desea enviar sus mejores deseos a todas las familias presentes, y expresa su agradecimiento a la Renovación en el Espíritu Santo, la Oficina Nacional de Pastoral Familiar de la CEI y al Foro Nacional de Asociaciones Familiares que, desde su primera edición, promueven este gesto providencial de oración y comunión eclesial.
Es reconfortante ver a las familias mostrando la belleza y la alegría del amor. ¡Nuestro mundo tiene una gran necesidad de este testimonio! Familias que no ocultan su rostro, incluso cuando su fe es probada por el dolor. Abuelos, padres e hijos que, unidos en la oración del Rosario de la Familia, claman al mundo con convicción: «¡La familia está viva! ¡Viva la familia!».
«Rogar por las necesidades familiares, orar por alguno que esté pasando un momento difícil (…) pedirle a la Virgen que proteja con su manto de madre» (ibid., N. Postsin. Amoris Laetitia, 318) es lo que el Santo Padre ha recomendado hacer en Su Exhortación apostólica después de los dos Sínodos sobre la familia. No más que la oración en la familia abre las puertas de una casa en la presencia del Señor. Ninguna otra cosa más que la oración de alabanza conmueve y mueve el corazón misericordioso de Dios. Ninguna otra cosa más que la oración de intercesión nos hace experimentar la pasión de Dios por aquellos que gimen, sufren e invocan la salvación.
Vosotros hoy hacéis de la oración coral y de su manifestación pública el vínculo intergeneracional más fuerte y la forma más efectiva de transmitir la fe. Os preocupáis de hacerlo en un tiempo que a veces quisiera excluir a Dios de la historia humana, comenzando precisamente de la vida familiar, que del amor de Dios sigue siendo una fuente que no puede suprimirse. De este amor, como «familias peregrinas», sois una manifestación dinámica, un cumplimiento del llamamiento que el Pontífice ha dirigido a todas las familias: «Caminemos, familias, ¡sigamos caminando! Lo que se nos promete es siempre más». (ibid., 325).
La XI Peregrinación Nacional de Familias para la Familia es una continuación ideal y activa del IX Encuentro Mundial de las Familias, celebrado recientemente en Irlanda. En Dublín, Su Santidad recordó que «El Evangelio de la familia es verdaderamente alegría para el mundo, ya que allí, en nuestras familias, siempre se puede encontrar a Jesús; él vive allí, en simplicidad y pobreza, como lo hizo en la casa de la Sagrada Familia de Nazaret… El matrimonio cristiano y la vida familiar manifiestan toda su belleza y atractivo si están anclados en el amor de Dios, que nos creó a su imagen, para que podamos darle gloria como iconos de su amor y de su santidad en el mundo. Padres y madres, abuelos y abuelas, hijos y nietos: todos, todos llamados a encontrar la plenitud del amor en la familia». (Discurso en la vigilia con las familias 25 de agosto, 2018).
Con estas expectativas Su Santidad espera que la peregrinación vuelva a despertar la atención sobre el protagonismo eclesial y social de la familia, para que se promueva cada vez más en el país la cultura de la vida, en todas sus estaciones, que es la forma segura para construir un mundo más atento a la promoción del hombre y de su dignidad integral y trascendente.
El Santo Padre, al mismo tiempo, anima a todas las familias presentes y a las que se unirán espiritualmente a la peregrinación a perseguir siempre el gran ideal de la santidad de la familia, para que cada casa sea la escuela del Evangelio de la familia, escuela de fidelidad y de sinceridad, escuela de paz y de perdón, escuela de escucha y reconciliación, escuela de comunión y solidaridad.
El Papa cuenta con vosotros y pide que cada vez más se conviertan en objeto de vuestra atención y acompañamiento las familias más vulnerables, las que viven el drama de la separación, las más pobres, las que no pueden encontrar trabajo o que lo han perdido, las que se han visto obligadas a emigrar o han sido afectadas por catástrofes, las afligidas por sufrimientos y duelos. Asimismo, recomienda que no se olviden los matrimonios más jóvenes y los ancianos, así como los novios y los viudos.
Mientras os pide que recéis por él y por su servicio a la Iglesia, Su Santidad confía a la materna intercesión de María, Reina de las familias, el buen resultado de la peregrinación, y envía de todo corazón a Su Excelencia y a todos los participantes una especial bendición apostólica.
Al unir mis deseos personales, aprovecho la circunstancia para confirmarle mis respetuosos saludos.
Cardenal Pietro Parolin
Secretario de Estado
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El Papa bendice a una familia © Vatican Media
El Papa exhorta a la familia a ser "escuela del Evangelio"
XI Peregrinación Nacional de las Familias a Pompeya