(ZENIT – 28 enero 2019).- «Estoy sufriendo por lo que está sucediendo en este momento en Venezuela y por eso pedí una solución justa y pacífica», dice el Papa Francisco, respondiendo a los periodistas en el avión que lo trajo de vuelta de Panamá a Roma, el domingo 27 al lunes 28 de enero de 2019, una misión cumplida sin ser perdonada.
Después del Ángelus, del domingo, 27 de enero, en Panamá, después de la Casa Hogar del Buen Samaritano, el Papa se ha referido a la situación de Venezuela deseando una salida pacífica en un país donde un presidente autoproclamado, el pasado miércoles 24 de enero, Juan Guaido, presidente del Parlamento venezolano, se enfrenta al presidente Nicolás Maduro, en medio de años de crisis política, social y humanitaria.
Dijo: «Aquí en Panamá, he pensado mucho en la gente de Venezuela, con quien me siento particularmente unida en estos días. En vista de la grave situación que atraviesa, le pido al Señor que busquemos y alcancemos una solución justa y pacífica para superar la crisis, respetar los derechos humanos y desear solo el bien de todos los habitantes del país. Los invito a orar poniendo esta intención de oración bajo la protección de Nuestra Señora de Coromoto, Patrona de Venezuela».
El Papa también publicó un tweet con las mismas palabras: «Aquí en Panamá, pensé en el pueblo venezolano del cual me siento particularmente cerca de estos días. Ante la grave situación que atraviesa, los invito a orar por una solución justa y pacífica».
Aquí está la pregunta que se le hizo en el avión y su respuesta.
AB
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En Panamá, usted dijo que estaba muy cercano de los venezolanos y pidió una solución justa y pacífica, en el respeto por los derechos humanos y de todos. Los venezolanos quieren entender: ¿qué significa esto? ¿La solución pasa por el reconocimiento de Juan Guaidó, que ha sido apoyado por muchos países? Otros piden elecciones libres rápidamente. La gente quiere sentir su apoyo, su ayuda y su consejo.
En este momento, apoyo a todos los venezolanos porque están sufriendo, los que están de un lado y los del otro.
Si señalo lo que dice tal o tal país, diría algo que no conozco, sería imprudencia pastoral y sería perjudicial. Las palabras que pronuncié, las pensé y las repensé. Y creo que con estas palabras he expresado mi cercanía, lo que siento.
Estoy sufriendo por lo que está sucediendo en Venezuela en este momento y es por eso que pedí una solución justa y pacífica. Lo que me asusta es el derramamiento de sangre. Y pido la grandeza en la ayuda de aquellos que pueden ayudar a resolver el problema.
El problema de la violencia me aterroriza, después de todo el proceso de paz en Colombia, pensar en el intento en la escuela de cadetes el otro día, algo aterrador. Por eso tengo que ser … No me gusta la palabra «equilibrado», quiero ser un pastor, y si hay necesidad de ayuda, la piden de común acuerdo».
© Traduction de Zenit, Raquel Anillo