(ZENIT- 5 julio 2019).- «Cada bautizado es un enviado» y cada uno «debe responder a su llamada concreta», afirma Mons. Giovanni Pietro Dal Toso, secretario adjunto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos y presidente de las Obras Misionales Pontificias (OMP).
Al inaugurar la 72ª Semana Española de Misionología en la Facultad de Teología de Burgos, el 1 de julio de 2019, recordó que la misión se basa en «la vocación inherente a cada bautizado», señala L’Osservatore Romano con fecha del 6 de julio.
«La misión del enviado no es diferente de la misión de Jesús mismo, dijo Mons. Dal Toso: ‘Como me envió el Padre, yo también os envío a vosotros’ en una continuidad que transformará al enviado en una voz, un anuncio, una misión”.
La misión, recordó el arzobispo, «comienza con un encuentro personal» con Cristo. Cristo, muerto y resucitado, continuó, es «el sujeto» de la obra misionera, pero también constituye su «objeto» y su «corazón».
«La missio ad gentes -explicó- conserva toda su relevancia, incluso en territorios como Europa o América, donde «cada vez más personas no son bautizadas, no creen o son indiferentes, o ignoran totalmente la fe».
“La fuerza del laicismo no debe subestimarse», dijo Mons. Dal Toso, ya que «se alimenta del consumismo y se difunde fácilmente por todas partes en internet, que no solo es una herramienta, sino también una forma de vida, incluso en los ámbitos tradicionalmente religiosos».
Entrando en los detalles del programa, el presidente de la OMP indicó los tres eventos principales que marcarán las celebraciones del Mes Misionero en Roma: la vigilia en San Pedro con el Papa (1 de octubre); el rosario misionero que será transmitido en vivo desde la basílica de Santa María la Mayor (7 de octubre) y la celebración eucarística en San Pedro con el Papa durante la Jornada Mundial de las Misiones (20 de octubre).
A nivel local, explicó, se están promoviendo varias iniciativas: peregrinaciones diocesanas o nacionales, oraciones en las parroquias y testimonios de misioneros de diferentes partes del mundo. Entre los ejemplos más significativos se encuentran el de Colombia, que ha convocado una misión a todas las parroquias para la ocasión; Venezuela, Malawi, Kenia y Portugal, que han decidido dedicar un año completo a la misión «con un programa intensivo de formación y estudio»; y Polonia, Haití, Filipinas, Australia y Malawi, que se distinguen por la producción de materiales educativos y formativos.
Subrayando también la importancia de las iniciativas promovidas en España, el arzobispo reafirmó que «la profundización teológica del carácter misionero de la Iglesia es uno de los retos más importantes de la misión hoy».
Finalmente, Mons. Dal Toso recordó que «118 direcciones nacionales aseguran la presencia de obras en unos 140 países», lo que hace que esta red sea «verdaderamente universal».
Es un verdadero «carisma», expuso, es decir, un don del Espíritu Santo que debemos mantener y defender», centrado en tres ámbitos esenciales: la oración, el testimonio y la caridad. Sin olvidar el carácter «pontificio» (es el mismo Papa quien nombra a su presidente) que caracteriza a estas obras: son en realidad «un instrumento del Santo Padre para el bien de la Iglesia universal».