(ZENIT – 17 julio 2019).- «La alegría de la beatificación de nuestros mártires Enrique, Carlos, Gabriel y Wenceslao sigue palpitando en nuestros corazones y nos anima a seguir caminando como comunidad en ‘estado de beatificación’», son palabras de Mons. Dante Braida, obispo de La Rioja, en la primera fiesta litúrgica de los nuevos beatos, los mártires riojanos.
Hoy, 17 de julio, es el día en el que la Iglesia celebra la memoria de Enrique Ángel Angelelli, obispo de La Rioja, Carlos de Dios Murias, franciscano conventual, Gabriel Longueville, sacerdote misionero fidei donum, y Wenceslao Pedernera, catequista, padre de familia, fueron beatificados el pasado 27 de abril de 2019.
La fiesta se celebra en Argentina con un carácter parroquial, para lo que se ha preparado el rezo de una novena y triduo para que cada comunidad, particularmente en la Diócesis de La Rioja, las utilice de acuerdo a su realidad, propone el obispo riojano.
Las fechas del 18 de julio, 25 de julio y el 4 de agosto permanecen como estaban tradicionalmente para las celebraciones que se realizarán en cada lugar junto a los peregrinos que se acerquen a venerar a los Mártires.
En el Obispado de La Rioja, en Argentina, se encuentran disponibles desde principios de mes, las reliquias de monseñor Enrique Angelelli para todas las parroquias de la Diócesis para su entronización y veneración de los fieles. Del mismo modo, las reliquias de Carlos, Gabriel y Wenceslao se veneran en otras parroquias.
Torturados y asesinados
Monseñor Enrique Angelelli (1923-1976), obispo de la diócesis de La Rioja, nunca ocultó su oposición a la dictadura. Murió en un accidente automovilístico simulado el 4 de agosto de 1976. Después de 38 años, el 4 de julio de 2014, dos altos oficiales fueron condenados a cadena perpetua por su asesinato, recoge la revista Vida Nueva.
El padre Carlos Murias, joven franciscano natural de Córdoba, estaba trabajando en la diócesis de La Rioja, donde el obispo Angelelli quien lo ordenó sacerdote y lo envió entre los pobres de Chamical. Los militares lo tenían en el punto de mira por su trabajo y defensa de los campesinos pobres.
El 18 de julio de 1976 un grupo de hombres, que se presentaron como policías, se lo llevaron junto con el párroco de Chamical, Gabriel Longueville. Sus cuerpos fueron encontrados dos días después. Antes de ser asesinados por arma de fuego fueron sometidos a terribles torturas. Wenceslao Pedernera, campesino, organizador del Movimiento Rural Católico, fue asesinado en su domicilio por cuatro hombres enmascarados el 25 de julio de 1976.
Mártires «frente a las injusticias sociales»
El cardenal Angelo Becciu, prefecto de la Congregación de las Causas de los Santos dijo sobre los próximos beatos: “Son verdaderos mártires, de una época en la que la Iglesia, inmediatamente después del Concilio Vaticano II, tomó conciencia de que no se podía permanecer en silencio de frente a las injusticias sociales o a los grupo de poder que se garantizaban la existencia”.
Y añadió que “Este es el caso en el que vivían los cuatro mártires: hombres que con coraje supieron defender los derechos de los pobres a costa de ir contra los intereses de los latifundistas de la región”.