(ZENIT – 30 julio 2019).- El beato Anacleto González Flores, mártir, ha sido declarado patrono de los laicos mexicanos a través de un decreto fechado el día 11 de julio y aprobado por la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM).
Así lo informó la propia CEM el pasado 29 de julio de 2019, a través de un comunicado.
Según indica la nota, la CIII Asamblea Plenaria de la Conferencia del Episcopado Mexicano votó por unanimidad la propuesta de declarar al beato Anacleto González como patrono de los laicos.
Igualmente, se aprobó la institución del tercer fin de semana de noviembre, fiesta de Cristo Rey del Universo, como el Día del Laico.
El comunicado concluye: «En la alegría de la oración nos encomendamos al nuevo patrono de los laicos. Que el ejemplo de su entregado amor a Dios nos recuerde que el camino de la santidad es un martirio vivificante que solo es posible gracias a la fuerza de Dios».
Beato Anacleto González Flores
Nació en Tepatitlán, Jalisco, México, en 1888. Cuando contaba con unos 21 años ingresó al Seminario Conciliar de San Juan de los Lagos, donde descubrió que el ministerio sacerdotal no era su vocación.
Al migrar a Guadalajara, se inscribió en la Asociación Católica de la Juventud Mexicana. Obtuvo la licenciatura en Derecho y contrajo matrimonio con María Concepción Guerrero Figueroa, con quien tuvo dos hijos.
El ahora beato desarrolló una actividad solícita en la sociedad y en la política de México para promover el Reino de Dios. Organizó la Unión Popular, movimiento obrero, femenino, campesino y popular que buscaba fomentar la catequesis y oponerse, activamente, primero al gobierno local y, más tarde, al federal en contra de las medidas de supresión de libertades religiosas.
Por su apuesta a favor del pacifismo y la no violencia, en tiempos en que México enfrentaba un conflicto armado, Anacleto era conocido como el «Gandhi mexicano».
Por medio de la edición de libros, artículos, discursos y ejerciendo su profesión de abogado, defendió los derechos de los católicos públicamente, recibiendo la condecoración de la Cruz pro Ecclesia et Pontifice de la Santa Sede.
Esta prolífica actividad apostólica llamó la atención del ejército federal, entonces perseguidor acérrimo de los católicos de México y al mando del presidente de la República, Plutarco Elías Calles. Finalmente, el día 1 de abril de 1927 dieron muerte a Anacleto.
Fue beatificado por Benedicto XVI el 20 de noviembre de 2005, junto con otros 8 mártires.