Mañanitas a la Virgen de Guadalupe © Desde la fe

México: Mañanitas a la Virgen de Guadalupe: millones de corazones, una sola voz

Artículo de ‘Desde la fe’

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El momento más anhelado está por llegar. Faltan 30 minutos para la medianoche, y muchos los peregrinos comienzan a alzar sus cobijas o a recoger sus casas de campaña.

Buscan colocarse lo más cerca posible de la entrada principal de la Basílica para hacerle saber a la Virgen de Guadalupe, su Madre del Cielo, que no le han fallado este año, y que pese al frío y el cansancio, están ahí para cantarle como siempre las Mañanitas y agradecerle su maternal cuidado y protección.

Faltan escasos minutos, y el Atrio de las Américas se ha convertido en una alfombra humana; se intensifican los vivas y los aplausos, mientras que en el interior del recinto nadie se quiere mover; los peregrinos se aferran a sus espacios porque se niegan a apartarse de los ojos de la Morenita; quieren que Ella vea que son los primeros en “despertarla” el día de su fiesta.

Comienzan a desfilar hacia el altar los miembros del Venerable Cabildo de Guadalupe presididos por el rector del santuario, monseñor Salvador Martínez, quien por segunda ocasión ha tenido la ingente encomienda de ser anfitrión de millones de devotos guadalupanos de México y de muchas otras partes del mundo. Están a punto de iniciar las Mañanitas.

Comienza la cuenta regresiva: 10, 9, 8, 7, 6, 5, 4, 3, 2, 1… En esta ocasión nadie se ha adelantado con su canto, nadie se ha esforzado por acoplar la letra  al ritmo de las campanas del carillón; todos se han acompañado con el sonido ambiental de la Basílica que se escucha en el atrio; hoy no ha habido voces dispares; todo ha sido un armónico concierto del corazón a la Morenita del Tepeyac.

Termina el canto, le siguen las porras, y para los que están afuera del santuario, es momento de entrar a saludar a la Reina. Saben que les llevará bastante tiempo llegar hasta sus pies, pero para eso han venido, y la espera acrecienta su deseo.

No faltan los grupos que han preparado anticipadamente su entrada, y para “llamar la atención” de la Virgen, algunos brincan, o se agachan, o levantan las manos, o gritan porras, o le cantan; lo importante es que Ella los vea ingresar en su casita.

Mañanitas y más Mañanitas; fotografías y más fotografías; porras y más porras al interior de la Basílica de Guadalupe, y la banda eléctrica a los pies de la Virgen está a su máxima capacidad, aproximadamente 300 peregrinos por minutos; unos 1.800 por hora, y así será durante toda la madrugada y parte del día de este 12 de diciembre, Solemnidad de Santa María de Guadalupe, Emperatriz de América, y madre y consuelo de todos los mexicanos.

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ZENIT Staff

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