(ZENIT – 9 enero 2020)-. Frente a la ola sísmica que afecta al país desde el pasado 28 de diciembre de 2019, los obispos de la Conferencia Episcopal Puertorriqueña (CEP) invitan a “acompañar, colaborar y ayudarse unos a otros”, especialmente, “teniendo en cuenta de las personas más vulnerables”.
Así lo ha transmitido la Comisión Permanente de la CEP a través de un comunicado difundido ayer, 8 de enero de 2020, en las redes sociales de El Visitante de Puerto Rico, medio eclesiástico de este país.
Los daños
El temblor más intenso, de magnitud 6.4 en la escala de Richter, se produjo el pasado 7 de enero y devastó la costa sur del país. Debido a ello, la gobernadora interina, Wanda Vázquez, declaró el estado de emergencia y activó a la Guardia Nacional para auxiliar a los afectados, indica Vatican News.
De acuerdo a un informe del gobierno, unas 350 personas han sido desplazadas y unas 300.000 quedaron sin servicio de agua.
Acompañar, colaborar y ayudarse
En el mencionado comunicado, los prelados expresan un “abrazo de comunión paternal y solidaria ante la situación de dolor y temor que vivimos” y llaman “a la calma y a actuar con la mayor diligencia posible”.
Igualmente, se dirigen especialmente a los pueblos de la costa sur más dañados, que incluyen destrozos en la catedral de Ponce Nuestra Señora de Guadalupe y en la parroquia Inmaculada Concepción de Guayanilla.
La nota informa también que “se realizará una colecta y Caritas de Puerto Rico ayudará durante el tiempo que sea necesario”.
Vigilias de oración
Por otro lado, los miembros del episcopado puertorriqueño animan a organizar vigilias de oración “por el bienestar y la protección de nuestra gente”, sobre todo por los habitantes de la costa sur, que son, efectivamente, los mayores damnificados.
Además, exhortan a actuar “con la mayor prudencia y preparación” para enfrentar estos fenómenos sísmicos, normales en la situación geográfica del país. Finalmente, imploran la misericordia de Dios con confianza, haciendo lo que sea necesario con el fin de “proteger la vida humana: la nuestra, la de nuestros seres queridos y la de todas las personas alrededor”.