(zenit – 29 enero 2020).- El Papa ha comenzado hoy una serie de catequesis sobre las bienaventuranzas en el Evangelio de san Mateo, “carnet de identidad” del cristiano, ha indicado, “porque describen el rostro y el estilo de la vida de Jesús”.
Esta mañana, 29 de enero de 2020, el Santo Padre ha llegado al Aula Pablo VI, en el Vaticano, pocos minutos después de las 9 horas. Cientos de visitantes y peregrinos le esperaban junto a las vallas que delimitaban el pasillo central.
El Evangelio nos dice que Jesús, al ver al gentío que lo seguía, subió al monte y se sentó, y dirigiéndose a sus discípulos, proclamó las Bienaventuranzas. El mensaje “estaba dirigido a sus discípulos, pero también a la gente; es decir, a nosotros, a toda la humanidad”, ha recordado Francisco.
Camino de la felicidad
Además, el monte donde predica Jesús, “nos recuerda al Sinaí”, donde Dios dictó a Moisés los diez mandamientos. Ahora, con las bienaventuranzas, Jesús nos da los “nuevos mandamientos”, que “no son normas, sino que señalan el camino de la felicidad que Él nos propone”.
La palabra “bienaventurado” viene del término griego makarios, que significa el que está en condición de gracia, la persona que avanza en la amistad de Dios, ha explicado el Santo Padre.
Cada Bienaventuranza está compuesta de tres partes, ha descrito el Pontífice: Inicia con la palabra “bienaventurados” o “felices”, sigue con la situación en la que estos se encuentran, y termina con el motivo por el cual serán felices, introducido por la conjunción “porque”; etc.
Nuestros propios límites
Así, el Papa ha señalado un aspecto importante: Las Bienaventuranzas “iluminan las acciones de la vida cristiana” y revelan que “la presencia de Dios en nosotros nos hace verdaderamente felices”. En ocasiones, Dios elige caminos difíciles de entender. “A veces no entendemos por qué nos pasan ciertas cosas”, ha aclarado.
Por ejemplo, ha detallado el Papa, a veces es difícil entender “nuestros propios límites, el de nuestras derrotas, pero es allí donde manifiesta la fuerza de su salvación y nos concede la verdadera alegría”.