(ZENIT – 10 febrero 2020).- Una Iglesia que está cerca de los débiles, especialmente los más pequeños. Esto es lo que sucede en Guatemala gracias a la Asociación Hermana Tierra Onlus, nacida gracias a un sacerdote italiano Angelo Esposito, quien durante 10 años ha elegido vivir en los bosques de América Latina, entre los indígenas mayas.
El padre abrió un hospitalito, Los Angelitos, un centro para bebés y niños hasta 6 años que aquí tienen poca asistencia y necesitan mucha atención médica.
Pocas personas saben que Guatemala está en el fondo de América Latina en desarrollo social. Junto con Honduras y Haití, se hunde negativamente en la desnutrición infantil. El 49.8% de los niños menores de cinco años sufren de desnutrición crónica, el peor índice en el continente.
Muchas comunidades se encuentran dispersas en el bosque, en el corazón de una naturaleza única, llena de perfumes, especialmente entre julio y agosto, la temporada de lluvias.
El Proyecto Corazón es una herramienta solidaria que consiste en el compromiso ético de enviar, a través de la Asociación Hermana Tierra Onlus, una contribución económica estable y continua.
El personal médico de Los Angelitos brinda atención a pacientes de forma permanente ofreciendo educación y recuperación médica, pediátrica, nutricional, psicológica y de fisioterapia con internado. Los niños permanecen y la rehabilitación está a cargo del médico encargado.
“En la consulta externa, al día se atienden 25 a 45 pacientes, los cuales llegan por señales como tos, fiebre, síndrome diarreico agudo, vómitos enfermedad de la piel entre otros, a quienes se les realiza expediente clínico con datos generales y antropométricos e identificación de signos clínicos con desnutrición aguda”, explica el padre Esposito.
El Centro de Recuperación Nutricional de Tacaná cuenta con un servicio de alimentación no comercial; tiene como fin maximizar los recursos para proveer de una alimentación suficiente y adecuada para los niños con desnutrición aguda de 6 meses a 5 años que son internados para su recuperación. “Nos hemos proyectado a trabajar ya no solo como un centro de recuperación nutricional sino convertirnos en un Centro de Atención Integral en Salud con atención al niño y adolescente”, revela el sacerdote. En febrero de 2018 implementaron las especialidades de psicología y fisioterapia para brindar acceso a un servicio integral.
Es importante mencionar que el centro ofrece atención a nivel comunitario fortaleciendo el primer nivel de atención en salud a través de un equipo ambulatorio que está conformado por un enfermero profesional, un médico, una trabajadora social y 2 auxiliares de enfermería.
Nicola Nicoletti