(zenit – 12 febrero 2020).- Para el Papa Francisco, el dolor interior es “una actitud fundamental en la espiritualidad cristiana” que “nos abre a una relación nueva con el Señor y con el prójimo”.
Hoy, 12 de febrero de 2020, en la audiencia general celebrada en el Aula Pablo VI, el Santo Padre ha continuado con el ciclo de catequesis sobre las bienaventuranzas. En concreto, ha meditado en torno a la segunda de ellas: “Bienaventurados los que lloran, porque serán consolados”.
Sobre la misma, el Papa indicó que en las Sagradas Escrituras el llanto tiene dos sentidos: el de “la aflicción causada por la muerte o por el sufrimiento de alguien que amamos” y aquel “por el dolor de nuestros pecados, provocado por haber ofendido a Dios y al prójimo”.
El primer significado, describió Francisco, alude al luto “siempre amargo y doloroso” y que “paradójicamente puede ayudarnos a tomar conciencia de la vida, del valor sagrado e insustituible de toda persona y de la brevedad del tiempo”. El dolor por haber ofendido y herido a quien amamos, por su parte, “es lo que llamamos el sentido del pecado, que es don Dios y obra del Espíritu Santo”, concluyó.