(zenit – 5 marzo 2020).- El 19 de marzo de 2020, en la fiesta de san José, será el 7º aniversario de la inauguración del pontificado del Papa Francisco: El Congreso de la Misericordia de Francia propone rezar el Rosario de la Misericordia por el Obispo de Roma ese día, tal y como fue anunciado en el boletín de marzo de 2020 de los Congresos de la Misericordia.
Desde la noche de su elección, el 13 de marzo de 2013, el Papa Francisco ha pedido a menudo oraciones para sí mismo.
El mes pasado, en la fiesta de la Cátedra de San Pedro, las asociaciones, congregaciones, movimientos dedicados a la Divina Misericordia en Francia decidieron rezar el jueves 19 de marzo, fiesta de San José, por el Santo Padre.
Una oración de agradecimiento por su servicio diario al Señor, a la Iglesia, a la humanidad, en todas las partes del mundo. Una oración para confiar su ministerio petrino a Dios “rico en misericordia” (Ef 2:24).
A las 15 horas, hora de la Divina Misericordia, el Congreso propone rezar el Rosario de la Misericordia por el Papa, y después de este Rosario de la Misericordia, rezar a san José, a quien el Papa ama tanto: “Oh glorioso san José, eres el Santo Patrón de la Iglesia Católica. Que por su intercesión nuestro Papa Francisco reciba las gracias que necesita para llevar a cabo su misión”.
El 13 de diciembre de 2019, los dirigentes de una veintena de asociaciones, congregaciones y movimientos dedicados a la Divina Misericordia en Francia fueron recibidos por el Pontífice, quien les dijo: “Lo que os une es vuestro deseo de dar a conocer al mundo la alegría de la Misericordia a través de la diversidad de vuestros carismas: entre las personas en situación precaria, los migrantes, los enfermos, los presos, los minusválidos, las familias heridas”.
Así, Francisco continuó: “Esta diversidad que usted representa es muy hermosa, expresa el hecho de que no hay pobreza humana que Dios no quiera alcanzar, tocar y ayudar. La misericordia es el corazón palpitante del Evangelio, que la misión de la Iglesia es proclamar saliendo al encuentro de todos, sin excluir a nadie” (MV, 12).