(zenit – 22 marzo 2020).- Al igual que San Agustín, debemos temer dejar pasar a Jesús sin reconocerlo, advirtió en esencia el Papa Francisco celebrando la Misa dominical en la capilla de la Casa de Santa Marta, en el Vaticano, el 22 de marzo de 2020.
“Hoy, alentó en su homilía, les aconsejo a todos que tomen el Evangelio, de Juan en el capítulo 9 y lo lean, en casa, en silencio. En presencia de Jesús, salen los verdaderos sentimientos del corazón, las verdaderas actitudes”, aseguró.
En estos días, escuchamos las noticias de muchos difuntos: hombres, mujeres que mueren solos, sin poder despedirse de sus seres queridos. Pensamos en ellos y rezamos por ellos. Pero también por las familias, que no pueden acompañar a sus seres queridos en su muerte. Nuestra oración especial es para los difuntos y sus familias.
A continuación ofrecemos la homilía del Papa:
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Homilía del Papa Francisco
Este pasaje del Evangelio de Juan (cf. 9,1-41) habla por sí mismo. Es un anuncio de Jesucristo y también una catequesis. Me gustaría mencionar una cosa. San Agustín tiene una frase que siempre me llama la atención: “Temo a Cristo cuando pasa”. “Timeo Dominum transeuntem”. “Temo que Cristo pase” — “¿Pero por qué temes al Señor?” — “Temo que no me daré cuenta de que es el Cristo y dejaré que pase de largo”. Una cosa está clara: en presencia de Jesús los verdaderos sentimientos del corazón, las verdaderas actitudes florecen: salen. Es una gracia, y por eso Agustín tenía miedo de dejarlo pasar sin darse cuenta de que estaba pasando.
Aquí está claro: pasa, cura a un ciego y estalla el escándalo. Y entonces sale lo mejor y lo por de la gente. El ciego… asombra la sabiduría del ciego, cómo responde. Estaba acostumbrado a moverse con las manos, tenía olfato para el peligro, tenía olfato para las cosas peligrosas que podían hacerle resbalar. Y se mueve como un ciego. Con un argumento claro y preciso, y luego también usa la ironía y se da ese lujo.
Los doctores de la ley conocían todas las leyes: todas, todas. Pero eran inamovibles. No entendieron que Dios estaba pasando. Eran rígidos, apegados a sus hábitos: el mismo Jesús lo dice., en el Evangelio: apegados a los hábitos. Y si para preservar estos hábitos tenían que hacer una injusticia, no era un problema porque los hábitos decían que esto no era justicia; y esa rigidez los llevaba a hacer injusticias. Ese sentimiento de cerrazón surge ante Cristo.
Sólo esto: les aconsejo a todos que tomen el Evangelio de hoy, capítulo 9 del Evangelio de Juan, y lo lean, en casa, con tranquilidad. Una, dos veces, para entender bien lo que sucede cuando Jesús pasa: que los sentimientos salen. Para entender bien lo que nos dice Agustín: Temo que el Señor pase, que no me dé cuenta y no lo reconozca. Y no me convierta. No lo olvides: lee hoy una, dos, tres veces, todo el tiempo que quieras, el capítulo 9 de Juan.
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Oración para recibir la comunión espiritual
Creo, Jesús mío, que estás realmente presente en el Santísimo Sacramento del altar. Te amo sobre todas las cosas y deseo recibirte en mi alma. Ya que no puedo recibirte sacramentalmente ahora, ven al menos espiritualmente a mi corazón. Y como si te hubiese recibido, me abrazo y me uno todo a ti. No permitas que jamás me aparte de ti.
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