(zenit – 3 abril 2020).- Los empresarios y directivos cristianos integrados en la asociación española ASE-Acción Social Empresarial hacen un llamamiento a todas las administraciones del país “para que creen las mejores condiciones y clima para que las empresas y los empresarios, una vez superada la crisis sanitaria, puedan operar con todo su potencial, en libertad y con responsabilidad”.
La asociación de directivos y empresarios cristianos (ASE) expresa su cercanía al “dolor de tantos y tantos enfermos, y de sus familias y amigos, por la difícil situación que atraviesan y por la pérdida de sus seres queridos”, en un comunicado emitido el 3de abril de 2020.
En este contexto, la organización española anima a todos los empresarios y directivos a mantener la esperanza y a inspirarse en los principios de la Doctrina Social de la Iglesia para realizar su labor desde la mayor solidaridad y siempre buscando el servicio al bien común, “manteniendo vivas y, activas sus empresas, con el mayor número de empleos posible sin que ello comprometa la viabilidad de la propia empresa”, indican.
En su mensaje, los representantes de los empresarios católicos escriben: “Nos sentimos solidarios con los esfuerzos que en la sanidad principalmente, pero también en las fuerzas del orden, y multitud de empresas, especialmente en el sector del transporte, la distribución y otros sectores, realizan de manera denodada, sacrificada y extenuante, hombres y mujeres de toda España”.
Generar puestos de trabajo
Sobre los empresarios y directivos recae, señalan, “ahora más que nunca, la enorme responsabilidad de multiplicar su imaginación, su inteligencia y sus esfuerzos, para lograr que las empresas, ya sean grandes, medianas, pequeñas, microempresas o autónomos, puedan sobrevivir al parón económico”, y continúan: “Porque de esa manera, los empresarios, una vez superada la crisis sanitaria, van a contribuir de forma decisiva a que España pueda sobreponerse a la crisis económica lo antes posible; permitiendo que todos, especialmente los más pobres y marginados, sientan que llega un aire de esperanza”.
Pero para que eso ocurra, puntualizan, “es necesario que crezca la economía y se generen puestos de trabajo, lo que permitirá también la recuperación de los ingresos fiscales, y será así posible aplicar programas sociales”. Esto es: “Programas sociales que difícilmente podrían acometer las autoridades solo incrementando la deuda pública hasta niveles insostenibles, y dejando más hipotecadas las cuentas públicas, cargando su devolución sobre las siguientes generaciones, comprometiendo su futuro”.