(zenit – 7 abril 2020).- El pasado 27 de marzo de 2020 falleció, a los 33 años, la hermana Johana Rivera Ramos, la primera religiosa víctima del coronavirus en Colombia, informó la agencia de la agencia misionera Fides, a través de una nota difundida ayer, 6 de abril de 2020.
“Vivir una oración permanente era una de las características de Johana, esto estaba profundamente arraigado en ella, muchas veces también nos recordaba a nosotras más ancianas que rezásemos más, y así lo hacíamos”, recuerda la hermana María José Alamar, superiora de la Comunidad de las Franciscanas de la Inmaculada Concepción.
Además subraya que fue “una persona muy sonriente, una luchadora, que dio alma, vida y corazón. La vamos a extrañar, pero también los niños, jóvenes y familias que veían en ella un gran testimonio de la vida”.
Gran testimonio de la vida
El pasado 14 de marzo de 2020, la hermana Johana, junto a la hermana María José y otra religiosa, fueron aisladas en su hogar de Cartagena, en el barrio de Santa Lucía. Al día siguiente, la hermana Johana mostró signos de amigdalitis leve y posteriormente la situación se complicó por una neumonía convertida en edema pulmonar, que terminó con el fallecimiento de la joven religiosa.
El 25 de marzo de 2020, la hermana debía hacer su profesión perpetua, “desafortunadamente esto no sucedió, pero estamos seguros de que desde el cielo hizo los votos perpetuos ante el Señor”, cuenta la hermana María José.
Hermana Johana Rivera Ramos
Nació en San Martin de Loba, Bolívar, en una familia humilde y católica, tal y como confirmó la hermana María José en el testimonio emitido por la Conferencia Episcopal de Colombia.
Antes de introducirse en la vida religiosa, estudió Derecho en la Universidad Popular de Cesar y Teología en el Seminario Provincial de San Carlos Borromeo, . En 2010 se trasladó a la Comunidad de las Hermanas Franciscanas de la Inmaculada Concepción.
En 2012 hizo sus primeros votos. Después, fue enviada a Perú, donde trabajó con una comunidad de niños sordos en Cusco.
En 2019 volvió a Cartagena y se dedicó a la catequesis con niños y ancianos en Arjona. La hermana María José relata que la joven Johana iba a comenzar un aula dedicada al apoyo pedagógico y fortalecimiento de los niños. Además estaba muy vinculada a la Arquidiócesis de Cartagena, donde colaboraba con la pastoral juvenil y familiar, aseguran desde la fuente citada.