(zenit – 23 abril 2020).- El Ministerio de Salud de Costa Rica anunció este martes, 21 de abril, que existen 669 casos de coronavirus. El Gobierno de la República decretó hace más de un mes el estado de Emergencia Nacional, debido a la amenaza de la COVID-19.
“En estos momentos, en Costa Rica hay una serie de necesidades inmediatas que resolver, de personas que se quedaron sin empleo, sin posibilidad de llevar el sustento a sus hogares. Aunado a esto, sabemos de la crisis que ya de por sí existía de desempleo, de cientos de miles de personas en pobreza. Ahora, a nadie de ellos podemos dejar atrás”, dijo a través de un mensaje Mons. José Manuel Garita, obispo de la diócesis de Ciudad Quesada, en Eco Católico, medio de comunicación de la Conferencia Episcopal de ese país.
Iglesia cercana a las familias
Monseñor Javier Román, obispo de la diócesis de Limón, ubicada en el caribe costarricense se sumó a las diferentes acciones de solidaridad con las familias vulnerables: “Uno desearía hacer más, la situación es difícil para todos, pero siempre hay manos solidarias como Del Monte (empresa privada) que nos contribuyó en esta ocasión”, dijo a medios locales mientras, junto a sacerdotes, entregó paquetes alimenticios de frutas y granos básicos a familias con escasos recursos.
El obispo destacó también su preocupación por la las zonas indígenas: “si bien es cierto, el gobierno entregará ayuda, esa ayuda llegará a las Asociaciones indígenas, pero mi pregunta es ¿cómo se les entregará a los indígenas de los pueblos más alejados, los de difícil acceso, a los que se llega solo vía aérea?”, al mismo tiempo que pedía que este grupo poblacional fuera atendido.
“Manos que dan nunca estarán vacías”
Bajo el lema “Manos que dan nunca estarán vacías” la catedral de Ciudad Quesada abrió sus puertas para crear un banco de alimentos y de esta manera apoyar a quienes más lo necesiten en medio de la Emergencia Nacional por la COVID-19.
El objetivo de la Pastoral Social de la Iglesia local es recolectar alimentos no perecederos y artículos de limpieza. El sacerdote Fabio Hidalgo invitó a todos a “acercarse a colaborar y poder hacer llegar el gesto solidario de amor al prójimo”.
Los sacerdotes de las diferentes diócesis de Costa Rica continúan llevando alivio a las familias y orando por ellas en esta pandemia que ha dejado ya 320 mujeres y 349 hombres, con edades entre 1 y 87 años contagiados del coronavirus.
Cristhian Alvarenga
Periodista en la Diócesis de León, Nicaragua y bloguero en temas ambientales y socio religiosos