(zenit – 4 mayo 2020)-. “Se acerca el 8 de mayo y mi corazón ‘viaja’ a Luján”, así comienza la carta del Papa Francisco al arzobispo de Mercedes Luján, monseñor Jorge Scheinig, con ocasión de la fiesta de la patrona de Argentina, la Virgen de Luján.
En la misiva asegura que rezará “junto al santo pueblo fiel de Dios”, como “peregrino espiritual y virtual” y que se dejará mirar “una vez más por Ella”, con “esa mirada de madre que te renueva, te cuida, te da fuerzas”.
Junto al “pueblo fiel y pecador como yo”, prosigue el Santo Padre, “le cambiaremos el manto todos juntos, le diremos nuestras preocupaciones y nuestras alegrías”.
Del mismo modo, Francisco indica: “Le pediré que nos cuide y -porque soy pecador- le pediré que nos dé la gracia de pedir siempre perdón, de no cansarnos de pedir perdón… porque sabemos que Su Hijo no se cansa de perdonar”.
Antes de concluir, el Papa hace una “promesa” a María: “portarme mejor, ‘robándole’ la palabra a ese gran sacerdote de mi anterior diócesis” (la diócesis de Buenos Aires): “Esta tarde, Señora, la promesa es sincera. Por las dudas, no olvides dejar la llave afuera”. Esta cita pertenece, efectivamente, al libro Aula fulgida del párroco y poeta Amelio Luis Calori.
“Novena y Jornada de oración y solidaridad”
La fiesta de la Nuestra Señora de Luján se celebra cada 8 de mayo y este año, ante la pandemia de coronavirus, la Conferencia Episcopal Argentina anunció en un comunicado la celebración de una “Novena y Jornada de oración y solidaridad” para orar por la sociedad.
La novena comenzó el pasado 29 de abril y concluirá el 7 de mayo. El 8 de mayo se celebrará, además, la Jornada de Oración y Solidaridad junto a María de Luján.
Intenciones de la novena
Durante la novena, cada día se reza por una categoría de personas: por los que se dedican a la investigación para obtener una vacuna, por las autoridades civiles, por los trabajadores de la salud y tareas esenciales para la comunidad, por los enfermos y sus familias, por los fallecidos por esta pandemia.
Hoy, lunes 4 de mayo, la intención es por los que no tienen trabajo o lo han perdido, mañana, por los que están lejos de sus familias. El octavo día se ora por los que viven en la calle y el noveno y último día, por la Patria.
“Confiemos a María de Luján todos los pesares de estos tiempos de pandemia. Ella nos enseña a escuchar, nos enseña a ser hermanos, que no haya exclusiones de los bienes esenciales para todos. Que llegue a todo el pueblo el bien de la salud. ¡María de Luján, ruega por nosotros!”, expresan los prelados argentinos.