(zenit – 22 mayo 2020)-. El Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), como miembro de la presidencia de la organización ecuménica Religiones por la paz, participó en el encuentro virtual que convocó a personas de distintos credos para expresar su saludo y cercanía con la comunidad musulmana por el fin del Ramadán.
Unos 15 miembros de las diferentes confesiones religiosas reunidas en Religiones por la paz de América Latina y el Caribe intervinieron para expresar su cercanía a los musulmanes de la región, así como para conocer las dificultades y desafíos que presenta la actual pandemia de COVID-19 para la salud y las economías nacionales.
Ramadán
Durante la reunión el copresidente de Religiones por la Paz Internacional y vice moderador del Consejo Latinoamericano y Caribeño de Líderes Religiosos, Muhammad Yusuf Hallar, explicó la importancia de esta festividad sagrada y agradeció la presencia de los miembros de la comisión presentes, informa el propio CELAM a través de una nota.
El mes del Ramadán es el noveno del calendario islámico. Según la tradición, en este mes fueron revelados los libros sagrados para todas las confesiones religiosas y Dios dio la oportunidad a los musulmanes de reconquistar la ciudad de la Meca.
Para los musulmanes el Ramadán es un mes de reflexión y tranquilidad en el que se hace manifiesta la compasión con el mundo que padece por dolores como el hambre, el exilio, la muerte y la guerra. Este año en concreto, el mayor sufrimiento para todos es la expansión del coronavirus.
La secretaria general de Religiones por la paz, Azza Karam, expresó su agradecimiento por la posibilidad de compartir este momento sagrado para la comunidad musulmana y reiteró su apoyo para que la voz de todas las confesiones se escuche en este momento en que el mundo requiere de solidaridad y unión por parte de quienes pueden liderar a sus comunidades de fe.
Remar juntos ante los problemas
Por su parte, el secretario general del CELAM, monseñor Juan Carlos Cárdenas, destacó la experiencia del ayuno y el confinamiento como un tiempo de gracia que al vivirse en la intimidad de la familia, permite una vivencia más conectada con el dolor que atormenta a todos. En este sentido abogó para que continúen remando juntos desde sus espiritualidades.
En el caso de la Iglesia latinoamericana, la preocupación se dirige a los pueblos originarios, habitantes de la Amazonía afectados gravemente por la COVID-19 y cuya situación es reflejo de los sistemas sociales inequitativos y sistemas de salud insuficientes, entre otros males endémicos en el continente.“El mundo tiene que dirigir la mirada a la Amazonía. Este es un momento en el que como espiritualidades tenemos juntarnos y juntar las voces”, concluyó el prelado.
En su intervención, el cardenal Raymundo Damasceno Assis, expresó su alegría al vivir este encuentro pese al dolor que se vive en el mundo entero por los efectos coronavirus.
Con respecto a ello, extendió su saludo para aquellos que han perdido algún familiar durante los últimos meses, como es el caso de muchas familias brasileñas. El país brasileño llegó a las mil personas muertas en 24 horas.
Este encuentro fraterno, concluye la nota, constituye un ejemplo de que las comunidades religiosas del mundo pueden cooperar efectivamente por la paz y por eso se encargan de promover la acción común bajo siete principios fundamentales, donde se forjan alianzas, se respeta y actúa bajo valores profundamente arraigados y ampliamente compartidos. Porque, como se dice cuando se es musulmán: “Todo lo que Dios puso sobre la tierra es para beneficiar al hombre“.