(zenit – 16 junio 2020).- El arzobispo de Canterbury, Justin Welby, se pronunció en relación a las protestas del movimiento Black Lives Matter, reconociendo la responsabilidad de todos y exhortando a actuar conjuntamente para hacer frente a los fracasos en materia de racismo, informa un artículo de L’Osservatore Romano del 15-16 de de junio.
El prelado anglicano recuerda que “la acción de reconciliación requiere justicia, no mero olvido, y una profunda transformación de nuestras sociedades”, pues “el racismo es un insulto a Dios: todos debemos poner de nuestra parte para eliminar este flagelo de la humanidad”.
En esta línea, subraya que el alcance del racismo en el mundo actual es “horrible”, reconociendo que él mismo viene “de un lugar de privilegio y poder como persona blanca en este país”.
Reconocer los errores
En un video difundido en Facebook, Welby afirmó que la Iglesia de Inglaterra ha sido llamada a “reconocer sus errores y fracasos históricos” y a poner en orden su “casa”.
“Estoy impresionado por los acontecimientos de los últimos días cada vez más y he escuchado a los que han hablado refiriéndose a sus propias experiencias de injusticias en cuanto personas de color que viven en esta nación. Es horrible, y aun así soy consciente de que la Iglesia tiene sus fallos. Y repito de nuevo que en el Nuevo Testamento, Jesús llama a actuar contra la injusticia”, afirma.
Disculpas por episodios de racismo
Del mismo modo, el arzobispo reitera las disculpas por los episodios de racismo en la Iglesia de Inglaterra expuestas por el Sínodo General durante el encuentro del pasado mes de febrero, en particular la generación windrush. Dicha generación está constituida por los migrantes que llegaron al Reino Unido entre 1948 y 1971 procedentes de las colonias y países del Commonwealth y que, en cualquier caso, ciudadanos británicos.
Durante la asamblea se aprobó una moción en la que la Iglesia Anglicana “pide disculpas por el racismo consciente e inconsciente que experimentaron innumerables anglicanos de etnia negra, asiáticos y pertenecientes a minorías étnicas en 1948 y en los años siguientes, cuando trataban de encontrar un hogar espiritual en las parroquias locales de la Iglesia de Inglaterra”.
Se trata de un episodio, indica el medio vaticano “todavía doloroso para los anglicanos comprometidos que, como está escrito en el documento, a pesar de este racismo por parte del clero y por otros, permanecieron fieles a la Iglesia en Inglaterra y a su herencia anglicana”.
Es por ello, continúa la nota “que la moción aprobó la preparación de un estudio para documentar el impacto negativo del racismo en la Iglesia de Inglaterra, confiando a una persona externa la tarea de sugerir formas de asegurar que la acogida a todos sea verdaderamente completa”.
Camino de reconciliación
Para Welby, estas medidas resultan necesarias, al mismo tiempo que considera que han de sentirse avergonzados por la falta de testimonio de Cristo y reprocharse por “no levantar la voz” cuando era preciso.
“Hemos dañado a la Iglesia y hemos dañado la imagen de Dios pero, sobre todo, a aquellos a quienes hemos hecho víctimas, muy a menudo inconscientemente. Lo siento personalmente por los que se vieron afectados por esta actitud y por aquellos por quienes habría podido hacer más: me avergüenzo y espero con todos ustedes hacer más y mejor”, expuso al final del mencionado sínodo.
Para el arzobispo de Canterbury es imprescindible emprender un camino de reconciliación que solo es factible con la participación de todos, como remarcó en sus declaraciones en los días siguientes al asesinato de George Floyd, apunta la citada fuente.