(zenit – 3 agosto 2020).– Los obispos de la Conferencia Episcopal de Guatemala anuncian que, ante el actual nivel de propagación de la COVID-19, no es prudente abrir los templos y reanudar el culto público en este momento, informa la Conferencia del Episcopado Latinomericano (CELAM) en una nota.
De acuerdo a la misma, la decisión de los obispos se produjo después de mantener una reunión extraordinaria para analizar el anuncio del presidente y la posibilidad de reactivar las actividades religiosas en Iglesias y templos con poca afluencia de público.
Evitar contagios
Con el fin de evitar la propagación del COVID-19, los prelados guatemaltecos consideran que en templos, oratorios y otros espacios religiosos debe considerarse a cada persona como un portador potencial del virus.
Del mismo modo, sostienen que es preciso trabajar para que exista la conciencia de que toda reunión de personas corre el riesgo de ser un foco potencial de contagio.
Iglesia como ejemplo
Los miembros del episcopado mantendrán esta decisión mientras dure el pico de la pandemia teniendo en cuenta los registros de las autoridades competentes. Igualmente, advierten que esta decisión fue tomada pensando que la Iglesia sea ejemplo del cuidado de la vida, especialmente de los más vulnerables.
Por último, según el CELAM, los obispos invitan a los creyentes a pedir al Señor la paciencia y la prudencia necesaria para seguir las recomendaciones de las autoridades que incluyen el uso permanente del tapabocas o mascarilla, el lavado de manos y el distanciamiento social.
Datos de Guatemala
De acuerdo a los últimos datos ofrecidos por el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social del Gobierno de Guatemala, el país presenta 51,306 casos registrados acumulado y un total de 1.995 fallecidos. La tasa de mortalidad (fallecidos por 100.000 habitantes) es 11,8.
Es preciso tener en cuenta que este país de América Central, tiene una superficie de 108.890 kilómetros cuadrados y cuenta con una población de algo más de 17.000 personas.