(zenit – 19 agosto 2020).- “Tenemos una oportunidad para construir algo nuevo”, ha advertido el Papa Francisco esta mañana, durante la audiencia general, retomando el ciclo de catequesis sobre COVID-19 con el lema “Sanar al mundo”.
La audiencia general tuvo lugar esta mañana, miércoles, 19 de agosto de 2020, a las 9:30 horas en la biblioteca del Palacio Apostólico Vaticano, así como se viene haciendo desde principios del pasado mes de marzo, a causa de pandemia del coronavirus, para evitar el contacto entre personas.
La tercera catequesis del ciclo de catequesis del Papa sobre COVID-19 está dedicada a “La opción preferencial por los pobres y la virtud de la caridad”. Ante la preocupación que hoy se vive por las consecuencias sociales de la pandemia, “muchos quieren volver a la normalidad y retomar las actividades económicas”, ha comentado, “pero esa ‘normalidad’ no debería incluir las injusticias sociales y la degradación ambiental”.
Las personas en el centro
Francisco ha subrayado que la crisis del coronavirus es una ocasión para “dar impulso a una economía donde las personas, y sobre todo los más pobres, estén en el centro”; una economía “que contribuya a la inclusión de los marginados, a la promoción de los últimos, al bien común y al cuidado de la creación”.
La pandemia “ha dejado al descubierto la difícil situación de los pobres y la gran desigualdad que reina en el mundo”, ha recordado el Santo Padre. “Ante esta situación, la respuesta es doble”.
Por un lado, apuntó el Papa, “hay que buscar una vacuna para el virus, que esté al alcance de todos”. Pero “también es necesario curar otro gran virus”, añadió: “el de la injusticia social, la marginación y la falta de oportunidades para los más débiles. Esta doble respuesta implica una elección evangélica, que es la opción preferencial por los pobres”.
Cristo se despojó de su condición divina
Cristo mismo, siendo Dios, se despojó de su condición divina, ha rememorado el Papa. Como es sabido, nació en una familia humilde, “trabajó, no eligió una vida de privilegio sino de servicio”, ha descrito Francisco. “Estaba en medio de la gente. Se acercaba a los enfermos y a los pobres, mostrándoles el amor misericordioso de Dios. Su ejemplo es un criterio clave de autenticidad cristiana: todos estamos llamados a ser instrumentos de Dios para ayudar a los más necesitados”.