(zenit – 23 agosto 2020).- Después del Ángelus de este domingo 23 agosto 2020, el Papa expresó su cercanía al pueblo de Cabo Delgado, Mozambique que sufre por el terrorismo.
También invitó a apoyar con la oración a las victimas que son perseguidas a causa de su fe religiosa. Recordó los 10 años de la masacre de setenta y dos migrantes en san Fernando, Tamaulipas, México. Lo mismo que el terremoto que golpeó el centro de Italia hace cuatro años , saludando después a los peregrinos reunidos en la Plaza San Pedro.
A continuación, sigue la traducción oficial de las palabras del Santo Padre después del Ángelus ofrecida por la Oficina de Prensa de la Santa Sede.
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Palabras después del Ángelus
Queridos hermanos y hermanas,
Ayer se celebró la Jornada mundial en recuerdo de las víctimas de actos de violencia basados en la religión y en el credo. Recemos por estos hermanos y hermanas nuestros, y apoyemos con la oración y la solidaridad también a quienes – y son muchos – todavía hoy son perseguidos a causa de su fe religiosa. ¡Muchos! Mañana, 24 de agosto, se cumplen 10 años de la masacre de setenta y dos migrantes en San Fernando, Tamaulipas, en México. Eran personas de diferentes países que buscaban una vida mejor.
Expreso mi solidaridad a las familias de las víctimas que todavía hoy invocan justicia y verdad sobre lo sucedido. El Señor nos pedirá cuentas de todos los migrantes caídos en los viajes de la esperanza. Han sido víctimas de la cultura del descarte.
Mañana se cumplen también cuatro años del terremoto que golpeó el centro de Italia. Renuevo mi oración por las familias y las comunidades que han sufrido mayores daños, para que puedan ir adelante con solidaridad y esperanza; y mi deseo de que se acelere la reconstrucción, para que la gente pueda volver a vivir serenamente en estos bellísimos territorios de los Apeninos.
Deseo, además, reiterar mi cercanía a la población del Cabo Delgado, en el norte de Mozambique, que está sufriendo a causa del terrorismo internacional. Lo hago en el vivo recuerdo de la visita que realicé a ese querido país hace un año.
Dirijo un cordial saludo a todos vosotros, romanos y peregrinos. En particular, a los jóvenes de la parroquia del Cernusco en el Naviglio – estos que están de amarillo, allí – que salieron de Siena en bicicleta y han llegado hoy a Roma a lo largo de la Vía Francigena. ¡Habéis sido buenos! Y saludo también al grupo de familias de Carobbio degli Angeli (provincia de Bérgamo), que han venido en peregrinación en recuerdo de las víctimas del Coronavirus. Y no olvidamos, no olvidamos a las víctimas del coronavirus. Esta mañana he escuchado el testimonio de una familia que ha perdido a los abuelos sin poder despedirlos, en el mismo día. Mucho sufrimiento, muchas personas han perdido la vida, víctimas de la enfermedad; y muchos voluntarios, médicos, enfermeros, monjas, sacerdotes, que también han perdido la vida. Recordamos a las familias que han sufrido por esto.
Y a todos os deseo un buen domingo. Por favor, no os olvidéis de rezar por mí. ¡Buen almuerzo y hasta pronto!