Este comando está formado por un grupo de jóvenes que, altruistamente, buscan plantas y remedios que ayuden a mitigar y sanar los síntomas de la COVID-19. A continuación, reproducimos la entrevista completa.
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La muerte del líder shipibo Silvio Valles fue el punto de inflexión. El momento clave para que Jorge Soria, Alexander Shimpucat, Mery Fasabi y varios jóvenes más decidieran dar un paso al frente: fundar el ‘Comando Matico COVID-19’. Un paso de gigante gracias al que, sin duda, se han salvado decenas de vidas en los últimos tres meses y se ha puesto en relieve la importancia de la medicina tradicional y la atención intercultural para la salvaguarda de la salud en las poblaciones indígenas.
Han pasado, desde entonces, más de tres meses desde que naciera el ‘Comando Matico COVID-19’ en la ciudad de Pucallpa y, según el reporte oficial, 538 personas contagiadas por coronavirus han sido atendidas por ese grupo de jóvenes que, de forma totalmente altruista, continúa incansable en la búsqueda de plantas y remedios que ayuden a mitigar y sanar los síntomas de la enfermedad.
Como uno de los impulsores, Jorge Soria es también uno de los coordinadores y de los rostros visibles del Comando Matico que, tras de sí, cuenta con el apoyo de personas e instituciones que se han solidarizado con la iniciativa y les vienen colaborando y dando su total respaldo. Hablamos con él.
Jorge, ¿cómo se siente tras todo el trabajo realizado?
En lo personal me siento tranquilo y feliz, porque sé que he hecho un trabajo responsable en época de pandemia, cuando la gente necesitaba apoyo nos hemos solidarizado con nuestro pueblo y más que todo nuestro conocimiento ha sido visibilizado en esta época tan difícil. Se creía que la medicina convencional era lo más importante pero no es tanto así, y es en el desborde de la situación donde se ha visibilizado mejor nuestro conocimiento. Esta es la satisfacción que tengo no solamente como coordinador del Comando Matico, sino la satisfacción de todo un pueblo que ha puesto de manifiesto a la humanidad para salvar muchas vidas, no solamente en la región Ucayali, a nivel nacional y también se puede decir que a nivel internacional.
En una época en que, en general, se señala a los jóvenes por ser poco proactivos, ¿qué mensaje les daría para que busquen cómo aportar a su pueblo, ciudad y región?
Que mostremos nuestra valentía. Nosotros los pueblos indígenas nos basamos en dos principios, que en esta época se han visibilizado mejor, uno es la reciprocidad y el otro la solidaridad. Muchas veces se ha dicho que los jóvenes no aportamos a la sociedad. Pero en esta pandemia, cuando hemos visto a nuestras familias graves y en estado crítico, teníamos que salir, aunque los protocolos de la Organización Mundial de la Salud decían que nos quedemos aislados, nosotros tampoco podíamos quedarnos con los brazos cruzados porque era nuestra familia, nuestros hermanos, abuelos y tíos quienes estaban sufriendo. Es ahí donde los jóvenes teníamos que mostrar que estamos dispuestos a cambiar ese pensamiento de la sociedad y estamos demostrando que tenemos dinamismo e ímpetu para salvar muchas vidas en la región Ucayali. Así lo hemos demostrado.
El Comando Matico lleva más de tres meses de trabajo. ¿Qué les llevó a impulsar esta iniciativa?
Debemos recordar que nosotros nos hemos constituido después de la muerte del hermano Silvio Valles Lomas, quien era alcalde de Masisea, quien falleció el 11 de mayo. Lo hicimos viendo la realidad que vivíamos y el alza de precios de los medicamentos, pues no podíamos acceder a ellos porque en las farmacias había escasez para comprar medicina convencional. Además aquí el Gobierno Regional de Ucayali no ha tenido una política clara para la atención de los pueblos indígenas, y otro de los motivos fue la falta de oxígeno en los hospitales. Ante esto los miembros del pueblo Shipibo-Konibo prácticamente no podíamos acceder a los hospitales porque para entrar tenías que tener tu balón de oxígeno. Esa época, esas semanas, fueron fatales para nosotros. No había camas para los pueblos indígenas, prácticamente las personas estaban condenadas y dispuestas a morir. De hecho algunas personas murieron en la misma puerta del hospital. Por esas razones nosotros nos constituimos como ‘Comando Matico COVID-19’ porque había que hacerle frente a esta pandemia mundial. Parecía que era imposible combatir, pero nosotros con nuestras plantas hemos podido lograr salir victoriosos.
Y ahora, ¿qué balance hacen?
Bueno, es un balance muy positivo. Desde el 15 de mayo hasta la actualidad hemos tratado con plantas medicinales a 538 personas con COVID-19, de las cuales dos fallecieron en nuestro centro comunitario, uno de ellos cuando estábamos en el local de la parroquia Nuestra Señora de Lourdes y el otro fallecido ocurrió el lunes 17 de la semana pasada en nuestro centro comunitario ubicado en la comunidad de Bena Jema. Este último caso presentaba síntomas de COVID-19 más dengue, por eso ahora, desde ell equipo del comando matico estamos buscando otras alternativas para el uso de plantas medicinales. Hemos estado combatiendo la COVID, y ahora debemos hacer también frente al dengue, que presenta similares síntomas con fiebre, dolor de cuerpo, diarrea más vómitos… Estamos buscando otro mecanismo para tratar a ambas enfermedades, con la búsqueda de otras plantas medicinales que puedan ser más efectivas. Lo más importante es que en estos días hemos podido hacer un tratamiento con las plantas, saliendo airosos con la recuperación de un paciente con dengue. Sabíamos que la pandemia se extendería, por eso nosotros estamos listos y dispuestos a seguir usando nuestros conocimientos ancestrales.
¿Solamente buscan de su ayuda pacientes del pueblo shipibo?
Como decía hemos atendido en nuestros centros comunitarios un promedio de 538 personas, pero desde que comenzamos a salir en redes sociales con tutoriales que hemos trasmitido a través de nuestra página de Facebook hemos recibido más de 200 llamadas telefónicas a nivel nacional e internacional. Para esas personas está el tutorial de la elaboración del tratamiento de la medicina natural, así como las respuestas por Whatsapp y mensajes de texto. En cualquier medio nosotros hemos ido compartiendo sobre la preparación del tratamiento. Luego, en la parte presencial, estamos atendiendo tanto a personas mestizas como población indígena, no solamente al pueblo shipibo, sino también de todos los pueblos indígenas ubicados en los asentamientos humanos de Pucallpa. Ellos acuden al centro comunitario y atendemos sobre todo a personas con bajos recursos porque esta pandemia no de raza, religión ni condiciones económicas. Nosotros atendemos con las plantas medicinales a todas las personas por igual.
¿Por los tratamientos que brindan reciben algo a cambio, tienen algún reconocimiento económico?
El reconocimiento no es económico, es un sentimiento de satisfacción porque sentimos que el Comando está salvando vidas de personas que presentan síntomas de COVID-19. Los insumos que recibimos son parte de donaciones, pero nosotros tratamos a los pacientes y damos nuestro tiempo y conocimientos. Por esto también nosotros exigimos al Gobierno Regional que el servicio que brindamos debe ser pagado como los médicos, también pedimos ser incorporados dentro de las políticas del Estado como médicos tradicionales en época de pandemia.
¿Cómo hacer para alcanzar este reconocimiento?
Estamos trabajando con la organización nacional AIDESEP Ucayali, siendo la organización máxima que nos representa a los pueblos indígenas, para que seamos reconocidos a través del Ministerio de Cultura como un aporte en época de pandemia, con un reconocimiento en una resolución que se aplique en los gobiernos regionales, para obtener honorarios profesionales como médicos tradicionales, así como lo vienen haciendo los médicos.
Para finalizar, ¿nos explica qué utilizan y bajo qué criterios tratan a sus pacientes?
Un paciente con COVID-19 presenta síntomas de falta de respiración generalmente, así que lo primero que hacemos es la evaporación. En esta preparación entran 10 hojas de matico, que es la planta medicinal que utilizamos bastante, 10 hojas de achiote, 10 hojas de ajosacha, 10 hojas de mocura, 10 hojas de eucalipto, una porción de hierba luisa, un pedazo de kión, una cebolla partida en cuatro y dos dientes de ajo. Todo esto lo ponemos en una olla, dejamos que hierva 25 minutos, y con esto se evapora por 10 minutos cubriendo al paciente con una sábana gruesa. Después el paciente recibe un masaje durante 10 minutos con ungüentos naturales y luego pasa a reposar. A continuación de este tratamiento preparamos un té con ocho hojas de matico y le damos a tomar al paciente con dos paracetamol y un dolodran. Con todo esto el paciente puede descansar durante cuatro horas para volver a realizar el mismo tratamiento. Eso es lo que hacemos para que pueda tener una buena respiración, pero si el paciente presenta otros síntomas como tos preparamos un jarabe natural que consiste en rallar un pedazo de kión, cuatro limones y dos cucharadas de miel. Esta preparación sirve para bajar la tos del paciente y, si el paciente ya tiene varios días con estos síntomas, la preparación del jarabe es distinta, rallamos la cebolla, con miel, aceite de oliva y lo exprimimos. Esto estamos usando para combatir la tos. Además, si presenta mucha fiebre chapeamos el kion colorado, con planta de ‘nuyrao’, no sé cómo se dice en castellano, y agregamos malva, cuatro limones partidos en cuatro, y otro secreto que utilizamos es nuestra propia orina. Toda esta preparación la ponemos en las axilas y en la cabeza, hasta que baje la fiebre. En el caso de que el paciente persista con tos y dolor de cuerpo después de la evaporación, usamos las plantas que se han cocinado, colocándolo en una bolsa de plástico para hacer el respectivo masaje.