(zenit – 17 sept. 2020)-. Con motivo del Día de la Independencia de México, celebrado ayer, 16 de septiembre de 2020, los obispos mexicanos han difundido un comunicado en el que indican que “el odio y la división”, se pueden “vencer con la fe, el amor, el perdón y la paz” y llaman a trabajar conjuntamente “para instaurar una amistad cívica que nos lleve a renunciar o a alejarnos de todo tipo de confrontación”.
El levantamiento en armas de los indígenas y campesinos convocados por el cura Miguel Hidalgo y Costilla, el 16 de septiembre de 1810, conocido como El Grito de Dolores, abrió el camino de la Independencia de México del dominio español.
Tiempos de COVID-19
En este año de la pandemia de COVID-19, los mexicanos no pudieron salir a las calles para emular “lo que sucedió esa noche frente al atrio del templo parroquial de Dolores, cuando el cura Hidalgo convocó a los parroquianos”, señala el mensaje firmado por monseñor Jesús Cabrero Romero, arzobispo de San Luis Potosí, en nombre de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM).
El texto invita a celebrar la fiesta a través de la reflexión y recuerda que el país “ha pasado por muchas oscuridades que han asaltado a nuestros pueblos y ciudades”. La pandemia mundial, continúa, “ha hecho que estas, en nuestro país, se vuelvan más oscuras, con temor a que se dispensen con facilidad”.
Por ello, se llama a seguir “haciendo nuestras las indicaciones sanitarias que conocemos todos”, especialmente, en las tradicionales reuniones familiares para evitar contagios y, por supuesto, pues “hay que poner de nuestra parte para evitar contagios y por supuesto una mayor tragedia”.
Permanecer juntos
Los prelados recuerdan los casi 70. 000 fallecidos y los miles de contagios de COVID-19 que han colocado a México entre los países más golpeados por la pandemia. En este sentido, se lee en la nota: “Sabemos que solo si estamos unidos y haciéndonos cargo los unos de los otros, podremos superar los actuales desafíos globales y nacionales, buscando cumplir la voluntad de Dios, que quiere que todos sus hijos vivamos en comunión y a la altura de nuestra dignidad”.
Y se incluyen palabras de ánimo “a los enfermos y vulnerables; a los pobres y desamparados; a los que sufren por la violencia; a la cultura democrática y la auténtica promoción del bien común; a la comunidad educativa y a todo el pueblo de Dios”.
Celebrar con gestos solidarios
El episcopado también indica que sí es posible celebrar esta fiesta del país “abrazando, solidariamente hablando, a los hermanos pobres y desamparados, muchos de ellos afectados por la suspensión de muchas actividades productivas debido a la pandemia”.
Después, el mensaje se refiere los retos y desafíos para el país, que “son demasiados”, aunque “no podemos perder la esperanza de encontrar camino de reconciliación, de fraternidad y de crecimiento que nos impulsa a servir a nuestra patria”. Los resentimientos “como el odio y la división”, se pueden “vencer con la fe, el amor, el perdón y la paz”.
Además de animar a crecer en esperanza, expresan: “Necesitamos sanear la vida social. No hay paz sin verdadero desarrollo y sin justicia. El mensaje del Evangelio es de verdad libertad, fraternidad solidaridad y reconciliación”.
Vencer el mal con el bien
“¡No dejemos que el mal venza! ¡Venzamos el mal a fuerza de bien! ¡Trabajemos todos juntos por nuestra patria!”, exhortan los pastores.
Al mismo tiempo, subrayan que “todos tenemos la obligación de trabajar por ser constructores de puentes que logren una verdadera cultura del encuentro” y que es necesaria “una verdadera participación de todos para trabajar por nuestro país”.
“Necesitamos trabajar para instaurar una amistad cívica que nos lleve a renunciar o a alejarnos de todo tipo de confrontación dejando al lado los intereses personales, partidistas o de grupos de poder que solo hacen daño a los más necesitados”, subrayan.
Finalmente, los obispos mexicanos consideran que es el momento “de generar espacios de encuentro, diálogo y consensos sociales, económicos y políticos” y resaltan que organizaciones de la sociedad civil, comunidades e instituciones de todo tipo, “estamos llamados a manifestar desde nuestras respectivas misiones, nuestro compromiso común por la vida, la justicia la solidaridad, la subsidiariedad y el cuidado de nuestra ‘casa común’”.