(zenit – 28 sept. 2020).- La Asamblea Plenaria del Consejo de Conferencias Episcopales de Europa (CCEE), celebrada este año online del 23 al 26 de septiembre de 2020, concluyó con la aprobación del “Mensaje Final a Europa”, informa una nota del propio organismo eclesial.
De acuerdo a la misma, los obispos europeos animan a los pueblos y naciones a no encerrarse en sí mismos, a mirar al mañana con una confianza recuperada mientras caminan juntos a la luz de Cristo resucitado y se comprometen a una solidaridad renovada, sabiendo que están cerca unos de otros.
La Asamblea Plenaria del CCEE se abrió el primer día con la lectura del mensaje enviado por el Papa Francisco a los presidentes de los episcopados europeos.
Mensaje final
Al final de la Asamblea Plenaria, los obispos del CCEE dirigen unas palabras “a la Iglesia Católica que vive en el continente, a los cristianos de las distintas confesiones, a los creyentes de todas las religiones y a todos los ciudadanos europeos”, expresan en su mensaje.
Esto “lo hacemos con humildad, sabiendo que no tenemos ninguna sabiduría propia que aportar, sino solo la Palabra que Dios habló al mundo en Jesucristo, que murió y resucitó para que la humanidad tenga vida eterna”, continúan.
Responsabilidad como pastores
Los miembros del episcopado aluden a su sentido de la responsabilidad “como pastores de las comunidades, sabiendo que nuestros sacerdotes y nuestros fieles están unidos a nosotros y conscientes de que la Iglesia debe ser, por indicación del Señor, sal y levadura en la historia”.
Durante este tiempo, la Asamblea “rezó y reflexionó no solo sobre lo que está sucediendo en relación con la pandemia y sus repercusiones en la vida de cada individuo, en el trabajo, en la sociedad, en las familias, en las relaciones entre Estados y continentes, en la vida eclesial, sino también en el futuro”, subraya el texto.
Los obispos reconocen no contar “soluciones prácticas a este respecto, ya que son competencia de los responsables políticos”, no obstante, “forma parte de nuestro deber pastoral llamar a la conciencia personal y colectiva ciertas actitudes de carácter espiritual y ético”.
Mirar al mañana
De hecho, prosiguen, “la construcción de la civilización moderna debe basarse en principios espirituales, capaces no solo de sostenerla, sino también de iluminarla y darle vida”.
Y, “ante todo, una confianza redescubierta. Sin esta forma de ser no es posible mirar al mañana…”, concluyen.