(zenit – 15 oct. 2020)-. Los obispos católicos de la Conferencia Episcopal de Costa Rica y los pastores y ministerios evangélicos unidos en la Federación Alianza Evangélica, han divulgado una declaración conjunta en la que manifiestan ante la opinión pública su posición sobre la difícil situación del país como consecuencia del deterioro económico, el desempleo y los efectos causados por la pandemia de COVID-19.
“La pobreza y la desigualdad social y económica, presentes en nuestro país, no sólo se mantienen, sino que también se han incrementado, creando enormes distancias entre la población que vive en zonas urbanas y las zonas rurales, lo cual se evidencia en diferencias notorias en la calidad de vida, en el acceso a los servicios públicos, en los rezagos en materia educativa y tecnológica, entre otros”, se lee en el primer punto de los cuatro que componen la declaración del 8 de octubre de 2020.
La indiferencia no es propia del cristiano
El documento habla de un panorama de “indiferencia e indolencia” que no son propios de los cristianos, por lo que reiteran su compromiso de trabajar unidos para enfrentar esta realidad junto con las autoridades del Gobierno. Las problemáticas a afrontar, según las instituciones religiosas, van desde el ámbito sanitario, social y económico, hasta el fiscal y ético.
“Consideramos necesario que los distintos sectores no solo se manifiesten, sino que sean tomados en cuenta a la hora de construir una agenda de prioridades que nos permita encontrar acuerdos esenciales, en lo fiscal, económico, social y ético”, subraya la nota.
Además, el texto recuerda que en tiempos difíciles se requieren liderazgos visionarios, sabios, prudentes y prácticos, fundamentados en principios y valores que hagan sobreponer los intereses del bien común sobre los intereses particulares.
Llamado al diálogo permanente
“Debemos procurar un mayor diálogo que haga posible la aprobación de medidas transitorias y permanentes que no signifiquen agregar más sufrimiento a las familias de menos ingresos y recursos, sino buscando una mayor contribución de quienes tienen más riqueza y han padecido menos en esta crisis económica y sanitaria”, puntualiza el mensaje de católicos y evangélicos.
Una clara reactivación económica que permita generar más empleo e inversiones, en lo económico y un trabajo para evitar la exclusión, el empobrecimiento y la desigualdad en los social, son parte de las exhortaciones de los líderes religiosos, que, no obstante, ponen en primer lugar el nivel ético de toda decisión y aspirar a una sociedad más solidaria, menos desigual, de mayores oportunidades.
La declaración de católicos y evangélicos finaliza con el compromiso de los cristianos a contribuir para que prevalezca el diálogo provechoso sobre la confrontación estéril, la unión sobre la división y el acuerdo sobre el conflicto.
“Rogamos a Dios por el mayor éxito que el Gobierno pueda tener para poder convocar a los distintos sectores para un verdadero diálogo nacional y la adopción de medidas concretas y urgentes que el momento crítico que vive el país”, concluye.