(zenit – 21 oct. 2020)-. Los obispos de la Presidencia del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) expresan su solidaridad con la Iglesia de Chile y condenan los actos violentos contra las iglesias de la Asunción de la Virgen María y San Francisco de Borja el pasado domingo, 18 de octubre de 2020.
Tal y como informó L’Osservatore Romano, la manifestación en la plaza Italia, Santiago de Chile, para conmemorar el primer aniversario del inicio de la gran movilización social que estalló 18 octubre de 2019, después de un comienzo pacífico, fue empeorando cada vez más hasta que se corrompió.
Asaltos y quema de iglesias
Hombres encapuchados asaltaron primero unas cuantas tiendas y luego prendieron fuego a dos iglesias, la de San Francisco de Borja y la de la Asunción, ambas ubicadas en el centro de Santiago.
La primera, que es utilizada regularmente por la fuerza policial para las ceremonias institucionales, se salvó gracias a la intervención del Cuerpo de Bomberos, mientras que la iglesia de la Asunción, una de las más antiguas de la capital chilena, ha quedado casi destruida.
Condena de los actos
“Condenamos este y cualquier acto de sacrilegio o profanación que atente contra la vida espiritual de los fieles y el trabajo evangelizador de la Iglesia, especialmente en estos difíciles tiempos de pandemia que nos toca vivir”, se lee en el mensaje dirigido al presidente de la Conferencia Episcopal de Chile, Monseñor Santiago Silva Retamales.
Los representantes del organismo eclesial confían en que las autoridades esclarezcan con celeridad este acto de violencia “que no puede se puede aceptar de ninguna manera”, sin importar su origen, porque “todos debemos seguir haciendo esfuerzos para vivir en paz, armonía y trabajar por el progreso de nuestros pueblos”.
Igualmente, remiten a las palabras del Papa Francisco que indicó que “en un mundo en el que diversas formas de tiranía moderna trata de suprimir la libertad religiosa, o de reducirla a una subcultura sin derecho a voz y voto en la plaza pública o de utilizar la religión como pretexto para el odio y la brutalidad, es necesario que los fieles de las diversas religiones unan sus voces para clamar por la paz, la tolerancia y el respeto a la dignidad y derechos de los demás” (Discurso en el Independence Mall de Filadelfia, Estados Unidos, 26 de septiembre de 2015).