(zenit – 2 nov. 2020).- Con el retumbar del sonido de los pututos los peruanos rindieron homenaje a las más de 10 mil víctimas que partieron al encuentro de Dios, ayer, 1 de noviembre de 2020.
En el día de Todos los Santos, desde el atrio de la plaza mayor de Lima, el arzobispo de la también conocida como “Ciudad de los reyes”, monseñor Carlos Castillo Mattasoglio, invitó a fortalecer la esperanza en medio del hambre con el rostro del amor de Dios.
“Al no poder enterrar a nuestros difuntos debemos aprender a vivir el sufrimiento con esperanza, y es lo que hemos estado haciendo en todos estos meses”, enfatizó monseñor Carlos Castillo durante su homilía. “Tenemos razones para sentirnos consolados”, continuó en su reflexión mientras se proyectaban las fotografías de las víctimas que partieron a la casa del padre por causa del COVID-19.
La celebración eucarística contó con la presencia de los integrantes de diversas comunidades indígenas, así como miembros de las naciones amazónicas quienes entonaron los salmos y participaron en la lectura de cada uno de los evangelios en su propia lengua nativa.
Es por eso que esta acción de gracias fue considerada como histórica en el Perú. Este homenaje especial quedará grabado en el corazón y la memoria de todos los peruanos, que se unieron por la señal oficial del Estado a esta actividad religiosa.
Bendición de fallecidos por COVID-19
Con velas encendidas en medio de la soledad de la plaza mayor de la ciudad capital, los obispos titulares y auxiliares de las diócesis del Callao, Chosica, Carabayllo y de Lima concelebraron esta sentida Misa.
Mientras se reproducían una a una las fotografías de los peruanos que perdieron la batalla contra el coronavirus el retumbar de las campanas fue la señal para acompañar a los familiares quienes seguían atentos esta emisión oficial.
El arzobispo de Lima, Monseñor Carlos Castillo, también primado del Perú, saludó a todos los obispos de las diócesis hermanas que estuvieron presentes: monseñor Norberto Strotmann, monseñor Robert Prevost, monseñor Lino Panizza, y los obispos auxiliares monseñor Arturo Colgan, monseñor Ricardo Rodríguez y monseñor Guillermo Elías.
Cabe destacar el mensaje final del arzobispo de Lima para animar a seguir viviendo en fraternidad está emergencia sanitaria. La Iglesia está constituida por aquellos que están para servir y no para ser servidos.
Es por eso que debemos unirnos a todos aquellos servidores que se solidarizan con el sufrimiento de los demás para consolarlas y hacerles sentir que el Dios del amor está siempre presente entre nosotros, finalizó.