(zenit – 9 nov. 2020).- El Papa Francisco escribió una carta para mostrar su cercanía a la Pequeña Casa de la Misericordia en Gela, Sicilia, Italia, informó Vatican News el pasado sábado, 7 de noviembre de 2020.
De acuerdo al medio vaticano, la Pequeña Casa de la Misericordia nació en 2013 fruto de una idea del Santo Padre. Don Pasqualino Di Dio, joven sacerdote de Piazza Armerina, después de participar en la primera Misa pública de Francisco, el 17 de marzo, fue recibido en audiencia por el Papa.
El presbítero habló al Sucesor de Pedro sobre la situación social de su diócesis: las dificultades de muchas familias, de su ciudad, Gela. El Obispo de Roma le propuso entonces que creara una Casa que fuera un signo de la misericordia de Dios.
En la actualidad, la Pequeña Casa de la Misericordia cuenta con un comedor y un centro de escucha y acompañamiento. Es también un banco de alimentos y, gracias a su cuerpo de voluntarios, ofrece asesoramiento, servicios de mediación familiar, asistencia escolar a los niños y trabaja en sinergia con Cáritas, instituciones locales, parroquias y asociaciones.
Con la colaboración de la Cooperativa Social Rafael, la Pequeña Casa de la Misericordia también dirige una clínica médica, un dormitorio, un emporio, talleres de costura, carpintería y cerámica y está al lado de los más débiles.
Obra de cercanía
Tal y como señala el Pontífice en su carta, esta Casa constituye un lugar construido “para ayudar a aquellos que sufren de dificultades y precariedad” y para animar a aquellos que pasan todos los días allí sin reservas.
“La obra de cercanía a los seres queridos que se encuentran en condiciones problemáticas es un faro de luz y esperanza en la oscuridad del sufrimiento y la resignación es un signo apreciado de la participación de la Iglesia en las dificultades y trabajos de su pueblo; es un ejemplo admirable de caridad evangélica y de una Iglesia en salida, que hace tanto bien a la comunidad eclesial y civil”, expresa el Santo Padre
“Los animo y a todos los que colaboran en vuestros proyectos para el bien, a perseverar en la loable misión de testimoniar la ternura y la misericordia del Padre, ofreciendo el compartir y la solidaridad a los más débiles y desorientados”, se lee en la misiva.
“Aseguro un recuerdo orante para los voluntarios y para aquellos que son asistidos por usted y, mientras le pido que rece por mí, le envío cordialmente la Bendición Apostólica”, concluye el Obispo de Roma.
Palabras de don Pasqualino
Don Pasqualino Di Dio comentó par la misma fuente las palabras del Papa Francisco definiéndolas como “un signo del afecto del Papa y también una confirmación del trabajo que en silencio tantos hombres y mujeres de buena voluntad realizan al servicio de los pequeños del Evangelio”.
Para el sacerdote, la labor de voluntarios y benefactores de la Pequeña Casa de la Misericordia es un “sueño de amor, especialmente durante este tiempo de confusión y sufrimiento causado por gran parte de la pandemia”.
“Todos los servicios que tienen lugar en nuestro Centro tienen su punto de apoyo en la perpetua adoración eucarística, de aquí viene la fuerza y la Providencia”, explica don Pasqualino.
“Estamos llamados en este difícil momento a dirigir nuestra atención a los más débiles y vulnerable sin dejar que domine la cultura del rechazo y la sospecha, que debe ser sustituida por la promoción y la custodia del otro, con la certeza de que la vida sólo se posee dándola y que el Señor no nos abandona”, añade.