(zenit – 10 nov. 2020).- Hace justo un año que se estrenó Renacidos, la película del Padre Pío que sigue removiendo miles de corazones en todo el mundo, ahora a través del DVD y del libro del film, editado por Nueva Eva.
zenit ha querido saber cómo siguen hoy los “renacidos” que aportan su testimonio en la película; entre ellos Javier, un niño de cuatro años a quien el Padre Pío cambió la vida cuando llevaba un año entero ingresado en el hospital en espera de un corazón…
Su padre, Eduardo Bañuelos, nos lo cuenta.
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zenit: ¿Cómo está Javier un año después? ¿Sigue “jugando” con su amigo el Padre Pío?
Eduardo Bañuelos: Javier sigue evolucionando muy bien, con revisiones y visitas periódicas al hospital pero, gracias a Dios, encontrándose cada día mejor. Con su “amigo” el Padre Pío hablamos todas las noches, a él le traslada todas sus inquietudes y le pide por todos nosotros y por aquellos que lo necesitan. Desde que le conoció, se ha convertido en su referente y su confesor.
zenit: ¿Cómo ha cambiado vuestra vida familiar desde que conocéis al Padre Pío?
Eduardo Bañuelos: Nuestra historia con el Padre Pío es muy especial desde el principio. Tuvimos conocimiento de él estando en el hospital, con Javier ingresado esperando su corazón. Llegó a nosotros por causalidad, a través del bonito proyecto de las capillas peregrinas que con tanto cariño estaban impulsando nuestros amigos Gonzalo y Paloma. La idea era llevar una capilla del Padre Pío por los hospitales, para que los enfermos que lo necesitaran pudieran rezar una Novena. Cada día, puntualmente, rezábamos con Javier la Novena y, al término de ésta, sucedió algo curioso. Cuando vinieron a recoger la capilla para llevársela a otro niño, Javier despertó de la siesta llorando y pidiendo que no se la quitaran, que “¡el Padre Pío me va a curar!”, gritaba. Fue tal la emoción con la que Javier lo pedía, que la buena de Paloma no tuvo más remedio que regalarle una capilla. Esa es la capilla que tenemos ahora en su dormitorio y a la que él reza desde entonces todas las noches.
zenit: ¿Qué les dirías a quienes no conocen todavía al Padre Pío?
Eduardo Bañuelos: Que no pierdan oportunidad de hacerlo. A nosotros, conocer la historia del Padre Pío nos ayudó muchísimo y, a medida que hemos ido conociendo más sobre su vida, más nos ha llamado la atención. Para quienes no hayan tenido conocimiento de la historia de Padre Pío, la película El Misterio del Padre Pío es una oportunidad magnífica. Todos los testimonios e historias que allí se revelan son extraordinarios, al igual que sucede con Renacidos.
zenit: ¿Qué reacciones habéis recibido sobre la película en vuestro entorno? ¿Ha habido alguna conversión o acercamiento a Dios?
Eduardo Bañuelos: Por lo que nos han ido trasladando todos nuestros amigos y familiares que han visto la película, creemos que ésta no ha hecho más que bien en todos ellos. A muchos les ha descubierto un personaje histórico que no conocían y a otros les ha reafirmado en su fe.
zenit: ¿Qué supuso para Marina y para ti participar en una película del Padre Pío?
Eduardo Bañuelos: Participar en la película nos dio la oportunidad de dar las gracias a José María Zavala y a su esposa Paloma y devolverles parte del cariño que, desinteresadamente, nos habían ofrecido desde que nos conocimos. Además resultó muy gratificante ver cómo la película ayudaba a otras personas a creer y confiar. Participar en los encuentros después de las proyecciones resultó algo muy bonito, porque te dabas cuenta de que podías ayudar a la gente con tu testimonio.