(zenit – 18 nov. 2020).- En la audiencia general de esta mañana, el Papa Francisco ha destacado que la Virgen María era una “mujer de oración” que “estaba en continuo diálogo con Dios desde antes de la Anunciación”.
Hoy, 18 de noviembre de 2020, el Santo Padre ha presidido la audiencia general en la biblioteca del Palacio Apostólico vaticano, transmitida en directo, de nuevo sin fieles, como medida de prevención frente a la COVID-19, y ha proseguido con el ciclo de catequesis sobre la oración, esta vez abordando el tema “La Virgen María, mujer de oración”.
En sus palabras en español, el Papa se ha centrado en la figura de la Virgen, “llena de gracia e inmaculada antes de su concepción, y que estaba en continuo diálogo con Dios desde antes de la Anunciación”. Una “mujer de oración” que forma parte de la “multitud de los ‘humildes de corazón’, con los que Dios preparó la venida de su Hijo”.
María, sierva del Señor
El Pontífice ha remarcado que la madre de Jesús fue “siempre obediente a la voluntad de Dios, no dirigió su vida autónomamente”, sino que “dejó que la voz del Señor orientara su corazón y sus pasos”.
Algo que recuerda san Lucas al decir que Ella “conservaba en su corazón todo lo que le sucedía, y lo meditaba, llevándolo a su diálogo con Dios, para seguir con fiel obediencia el camino que Él le indicaba”, señala Francisco.
La Virgen en el designio divino
El Obispo de Roma ha explicado que, por su docilidad a Dios, María estuvo presente en el “designio providencial del Padre, y en los momentos culminantes de la vida de su Hijo Jesús”, “desde el anuncio del ángel hasta el misterio de su muerte y resurrección”.
En esta línea, el Sucesor de Pedro ha subrayado que la Virgen acompañó también “los primeros pasos de la Iglesia naciente, oraba con los discípulos de su Hijo y por ellos”. Y de esta manera, prosigue, “como por obra del Espíritu Santo se convirtió en Madre de Dios” y en “Madre de la Iglesia”, a la que acompaña todavía “con su oración y meditación, en su peregrinar hacia la Patria celestial”.