(zenit – 26 nov. 2020)-. Con motivo del cierre de la basílica de Guadalupe del 10 al 13 de diciembre, la Conferencia del Episcopado de México (CEM) ha invitado a los fieles a celebrar la fiesta de la Virgen en las parroquias y los hogares.
La propia CEM en una nota, anima a seguir la celebración a través de los medios de transmisión de radio y televisión y las plataformas digitales, como medida de prevención frente a la expansión y el contagio de la COVID-19. Estas medidas fueron tomadas hace dos días por el Gobierno y la Iglesia del país.
Recomendaciones
Firmado por Rogelio Cabrera, arzobispo de Monterrey y presidente de la CEM, y Alfonso Miranda, secretario general del episcopado mexicano, el comunicado dirige al pueblo mexicano unas recomendaciones para que la “celebración gozosa de esta festividad sea llevada a cabo con responsabilidad” y no se convierta “en un riesgo para nuestro bien y el de toda la sociedad”.
Los prelados invitan a celebrar “prudente y localmente” la festividad sin acudir de forma presencial a la Ciudad de México “debido al alto índice de contagios”, y a seguir las medidas de prevención del coronavirus, evitando de este modo “grupos mayores de 10 personas”.
Del mismo modo, piden “celebrar piadosamente la fiesta de nuestra amada Señora de Guadalupe” en basílicas, santuarios y parroquias dedicadas a la Virgen, en todo momento respetando el aforo marcado por las autoridades. En esta línea, ruegan a los templos puedan realizar la celebración “para distribuir el número de fieles en cada templo” y de este modo evitar “aglomeraciones masivas, riesgos y contagios”. Asimismo, recomiendan hacer procesiones de no más de 10 participantes.
A quien no pueda salir de casa ni acudir a las parroquias, los obispos animan a permanecer en el hogar y celebrar la fiesta “en familia, con vivos sentimientos de confianza en la protección de nuestra Madre y Señora de Guadalupe”.
Por último, proponen “realizar un pequeño altar en casa, y ante la bella imagen de nuestra señora, dedicarle nuestros ruegos, oraciones, cirios y misas virtuales, para pedir auxilio e intercesión”, de manera especial por los enfermos, difuntos y el fin de la pandemia. “Hagamos de cada hogar una ‘Casita Sagrada’”, sostienen.