(zenit – 10 dic. 2020).- El Papa Francisco ha enviado un videomensaje a los participantes del encuentro virtual sobre la situación humanitaria en Siria e Irak, organizado por el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral y celebrado hoy, 10 de diciembre de 2020.
En esta reunión están presentes unas cincuenta organizaciones benéficas católicas, representantes de los episcopados locales y de las instituciones eclesiásticas y congregaciones religiosas que trabajan en Siria, Irak y los países vecinos, así como los nuncios apostólicos de la zona.
Vivir en paz
En primer lugar, el Santo Padre saluda a las personas reunidas “para discutir y reflexionar sobre los gravísimos problemas que aun hoy afligen a las amadas poblaciones de Siria, Irak y los países limítrofes”.
“Cada esfuerzo -grande o pequeño- que se hace para fomentar el proceso de paz es como poner un ladrillo en la construcción de una sociedad justa, que se abra a la acogida, y donde todos puedan encontrar un lugar para vivir en paz”, sostiene Francisco.
Presencia cristiana en estas tierras
El Papa, que visitará Irak del 5 al 8 de marzo 2021, dirige un pensamiento especial “a las personas que han tenido que dejar sus casas para escapar de los horrores de la guerra, en busca de mejores condiciones de vida para ellos y sus seres queridos”.
En particular, prosigue, “recuerdo a los cristianos que fueron obligados a abandonar los lugares donde nacieron y crecieron, donde su fe se desarrolló y enriqueció. Es necesario lograr que la presencia cristiana, en estas tierras, siga siendo lo que siempre ha sido: un signo de paz, progreso, desarrollo y reconciliación entre las personas y los pueblos”.
Llamado a la comunidad internacional
A continuación, el Pontífice manifiesta su preocupación por los refugiados que desean volver a sus países y realiza “un llamamiento a la comunidad internacional para que haga todo esfuerzo para facilitar este retorno, garantizando las condiciones de seguridad y las condiciones económicas necesarias para que esto pueda realizarse. Cada gesto, cada esfuerzo en esta dirección es precioso”.
El Sucesor de Pedro reflexiona también sobre la obra que realizan las agencias católicas comprometidas en las ayudas humanitarias, alentándolas a continuar con su labor: “Un pensamiento de aliento para todos ustedes que, siguiendo el ejemplo del Buen Samaritano, trabajan sin reservas para acoger, curar y acompañar a los migrantes y desplazados en estas tierras, sin distinción de credo o de pertenencia”.
“Como he dicho muchas veces, la Iglesia no es una ONG. Nuestra acción caritativa debe estar inspirada por y hacia el Evangelio. Esta ayuda debe ser un signo tangible de la caridad de una Iglesia local que ayuda a otra Iglesia que está sufriendo, a través de estos medios maravillosos que son las agencias católicas de ayuda humanitaria y de desarrollo. ¡Una Iglesia que ayuda a otra Iglesia!”, añade.
“No están solos”
Para terminar, el Papa Francisco indica: “Quiero que sepan que cuando se encuentran trabajando en estos lugares, ¡no están solos!”, pues “toda la Iglesia se convierte en una sola, para salir al encuentro del herido que se topó con los bandidos en el camino de Jerusalén a Jericó”.
“En vuestro trabajo, mi bendición, que con gusto les imparto hoy, los acompañará siempre, para que este encuentro traiga a vuestros países abundantes frutos de prosperidad, desarrollo y paz, para una nueva vida. ¡Gracias!”, concluye Francisco.