La indulgencia aplica también para todos aquellos que dediquen un tiempo a visitar físicamente o incluso por medios virtuales a abuelos o adultos mayores o en dificultad. Foto: Archivo.

¿Sabías que si haces video llamada por FaceTime, Whatsapp o Zoom a tus abuelos ganas indulgencia plenaria?

La Santa Sede concedió indulgencia plenaria a los abuelos, a los mayores y a todos los fieles que participen en la Primera Jornada Mundial de los Abuelos y los Mayores.

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Por: P. Jorge Enrique Mújica, L.C.

(ZENIT, 23 de junio de 2021).- En ocasión de la Jornada Mundial del Abuelo y el Adulto Mayor del 25 de julio, la Santa Sede concedió indulgencia plenaria “a los abuelos, a los mayores y a todos los fieles que, movidos por un verdadero espíritu de penitencia y caridad, participen el 25 de julio de 2021, con motivo de la Primera Jornada Mundial de los Abuelos y los Mayores, en la solemne celebración que presidirá el Santísimo Padre Francisco en la Basílica Papal del Vaticano o en los diversos actos que se realizarán en todo el mundo, que también podrán aplicarlo como sufragio por las almas del Purgatorio”.

Pero la participación en la santa misa del 25 de julio, que puede seguirse a través de televisión u otros medios digitales, sea la del Papa o la de la propia parroquia, no es el único modo de ganar esta indulgencia especial que según el decreto está destinada sólo para este año: la indulgencia aplica también para todos aquellos (nietos o hijos por ejemplo) que dediquen un tiempo a visitar físicamente o incluso por medio de medios virtuales (piénsese en una videollamada de whatsapp, facetime o una conferencia de zoom o teams) a abuelos o adultos mayores o en dificultad (como enfermos, personas abandonadas, discapacitadas, etc.).

Pero la indulgencia va incluso más allá: la pueden ganar los mayores o abuelos enfermos que por razones graves no pueden salir de casa. Estos últimos se pueden unir intencionalmente a los actos programados para esa jornada, especialmente la santa misa (aunque sea solo por tv o internet), a través del ofrecimiento de sus padecimientos y de sus oraciones.

Para entender “millenialmente” la indulgencia plenaria podemos explicarlo así: “Imagina que tu alma es una tabla y cuando pecas es como si agarraras clavos y se los clavaras. Cuando te confiesas estos clavos salen, pero lamentablemente los huecos que dejaron en la tabla permanecen. La indulgencia plenaria se encarga de quitar esos huecos de la tabla y dejarla como nueva”. Ahora que ya sabes cómo ganar tú indulgencia tal vez puedes compartirle este artículo a tus abuelos o incluso dar un salto pasando de “realidad virtual” a la realidad aumentada de un abrazo a tus abuelos ese día. A fin de cuentas eso también te concede indulgencia.

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Jorge Enrique Mújica

Licenciado en filosofía por el Ateneo Pontificio Regina Apostolorum, de Roma, y “veterano” colaborador de medios impresos y digitales sobre argumentos religiosos y de comunicación. En la cuenta de Twitter: https://twitter.com/web_pastor, habla de Dios e internet y Church and media: evangelidigitalización."

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