Por: Enrique Villegas
(ZENIT, 25.06.2021).- Fue a inicios del mes de junio, concretamente el día primero, que el ex presidente de México Felipe Calderón informó que estaba enfermo de coronavirus. Poco más de dos semanas después se le ha podido ver en la basílica de Guadalupe, acompañado por su esposa la diputada electa Margarita Zavala.
La pareja asistió a la misa presidida por el Secretario de Estado del Vaticano, Cardenal Pietro Parolin, el domingo 20 de junio. Ahí, en una primera fila, escuchó la homilía del cardenal, homilía donde el eclesiástico dijo: “Estando aquí, ante la Emperatriz de las Américas, cómo no pensar también, al contemplar la barca sacudida por los vientos y las olas, en la situación que México, como muchos otros países latinoamericanos, vive desde hace muchos años: la desigualdad social, la pobreza, la violencia del crimen organizado, la división por causas políticas, sociales y hasta religiosas. Un México que tiene necesidad de reconciliarse consigo mismo, de reencontrarse como hermanos, de perdonarse mutuamente, de unirse como sociedad superando la polarización”.
Interrogado por la prensa, Felipe Calderón dijo que asistió a la misa en basílica para agradecer la vida y la salud “Vengo a dar gracias por la vida, por la salud, porque nos permite estar sirviendo con nuestras limitaciones, defectos y virtudes, por la vida, la salud, los hijos, por el Día del Padre y siempre hay motivos porqué agradecer afortunadamente”.