Por: JEM
(ZENIT Noticias / Roma, 24.09.2021).- Aunque en la rueda de prensa que el Papa dio en el vuelo de regreso de su viaje pastoral a Hungría y Eslovaquia fue cuestionado por un periodista del diario El País sobre las leyes húngaras para las uniones entre personas del mismo sexo (y a lo que explícitamente no contestó), sí dio una respuesta en otro contexto del mismo viaje: en el encuentro con los jesuitas eslovacos. Fue ahí donde uno de los presentes le pregunto sobre la colonización ideológica que supone la ideología de género.
El Papa fue claro al decir que “La ideología tiene siempre un encanto diabólico” (en este caso referida a la ideología gender). Y añadió: “La ideología de «género» de la que hablas es peligrosa, sí. Tal como yo la entiendo, es peligrosa porque es abstracta respecto a la vida concreta de una persona, como si una persona pudiera decidir abstractamente a discreción si y cuando ser hombre o mujer. La abstracción, para mí, es siempre un problema”.
Sin embargo, el Santo Padre pasa de lo demoniaco de la ideología de género a lo que podría considerarse santo por su naturaleza cristiana: el acompañamiento de las personas homosexuales. De ahí que a continuación el Obispo de Roma diga que “Si hay una pareja homosexual podemos hacer pastoral con ellos, acudir al encuentro con Cristo. Cuando hablo de ideología, hablo de la idea, de la abstracción que permite que todo sea posible, no de la vida concreta de las personas y de su situación real”.
Este modo de pensar se coloca en el horizonte de la doctrina cristiana tradicional que condena al pecado pero trata de ayudar al pecador. Y específicamente se sitúa en la dinámica característica de la pastoral de Francisco: la del acompañamiento, un acompañamiento que debe ser tal para todas las personas, no sólo para las homosexuales.
