En la Ciudad de México, se calculó la asistencia de más de 100, 000 personas. Foto: Archivo.

Más de un millón de personas salen a defender ambas vidas

La problemática de fondo radica que en se ha propuesto el aborto como solución y remedio a las necesidades de las mujeres.

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Por: Ana Paula Morales

(ZENIT Noticias / México, 4.10.2021) El domingo 3 de octubre se realizó la marcha “Por la mujer y por la vida”. Participaron más de 70 ciudades de la República Mexicana, congregándose más de un millón de personas. En la Ciudad de México, se calculó la asistencia de más de 100, 000 personas, quienes se reunieron en el Auditorio Nacional y a las 11:30 am salieron del lugar de encuentro a través del Paseo de la Reforma hasta llegar al Ángel de la Independencia. El motivo de la marcha principal está orientado a proteger por igual las dos vidas, proponiendo a su vez, el derecho a la objeción de conciencia y un acuerdo social de los políticos, las empresas, las universidades y las religiones para que el aborto no sea presentado nunca como una opción.

La marcha se realizó de manera pacífica, en un ambiente familiar y con la convicción de atender entre todos el problema de raíz que lleva a las mujeres a abortar, pidiendo que se reconozcan verdaderamente las opciones de vida para las mujeres y sus hijos y que se entiendan cuáles son las necesidades prioritarias. Cabe señalar que asistieron personas de diferentes edades, condición social, religión e ideología política. Entre los participantes estuvieron presentes Alejandro Acha, Eduardo Verastegui, Patricio Slim, Emmanuel y el Secretario de la CEM, Mons. Alfonso Miranda Guardiola. Todos marcharon para ayudar a la mujer y proteger la vida de los seres humanos desde el vientre materno, sin excepciones ni condiciones.

La problemática de fondo radica que en se ha propuesto el aborto como solución y remedio a las necesidades de las mujeres, que sobre todo son: empleo con un sueldo digno, horarios flexibles que contemplen la maternidad, violencia, abuso sexual, la impunidad hacia los agresores, feminicidios, secuestros, entre otros. Cómo se puede ver, el aborto no responde a ninguna de estas situaciones reales y urgentes.

Por otro lado, los asistentes también expresaron su rechazo ante la obligación impuesta a los médicos a participar de los abortos, por lo cual exigieron que se respete la objeción de conciencia y la ética profesional del personal de salud.

La organizadora y vocera de la marcha, Irma Barrientos lanzó un manifiesto al final de la marcha en el cual expresa, en el cual expresó: “nos causa dolor que en septiembre la Corte nos haya orillado a confrontarnos como enemigos a las mujeres y a la vida humana de nuestros hijos. Nos empuja a pensar que hay que elegir entre la mujer que ha abortado o el respeto absoluto de la vida de su hijo desde la concepción”. Por lo que se pretende que las personas descarten a alguno de los dos: a la mujer o a los niños no nacidos. Lo que pide a nombre de todos es: “Queremos opciones de vida para la madre y su hijo, y libertad de conciencia para los médicos”, haciendo ver que se requieren verdaderas soluciones tras el rechazo de la propuesta del aborto.

Irma Barrientos expresa también que es necesario aprender a convivir hombres y mujeres sin violencia. A su vez, que se dé el mismo reconocimiento y protección “a cada ser humano desde su concepción hasta su muerte natural, sin discriminarlo por su grado de desarrollo, su salud, su condición socioeconómica, su origen, o por ningún motivo”.

Con toda convicción Irma Barrientos menciona que es importante el compromiso y la participación de todos, ya sean los políticos, los académicos, los medios de comunicación, los universitarios, las iglesias y denominaciones religiosas, entre otros, para que se pueda luchar por la construcción y la unión, para no tener que decidir entre la vida o la muerte de los no tienen voz. También expresó que la ley debe estar para respetar la vida y no “para quitarle la vida a los más débiles” e invita a que, a pesar de las dificultades estemos dispuestos a ayudarnos los unos a los otros.

Con fe se espera que tras esta marcha y con los posteriores pronunciamientos de la sociedad se logre dar las soluciones reales a los problemas que más aquejan a la sociedad, especialmente generando las condiciones dignas para las mujeres y a sus hijos desde su gestación en adelante.

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Ana Paula Morales

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