Por: John Newton
(ZENIT Noticias – Ayuda a la Iglesia Necesitada / Bagdad, 01.12.2021).-Un ataque con bombas contra la casa de un comerciante católico en el sur de Irak ha sido condenado por el jefe de la Iglesia más grande del país, quien ha dicho que tales ataques han provocado un éxodo de cristianos.
Según la policía, un motociclista lanzó un explosivo de fabricación casera en la casa del comerciante católico caldeo en Amara, capital de la provincia de Maysan, el domingo 28 de noviembre.
En su declaración sobre el bombardeo, el cardenal Louis Raphael Sako, el Patriarca de la Iglesia Católica Caldea con sede en Bagdad, dijo: «Afortunadamente, nadie resultó muerto ni herido, pero el acto provocó terror en la familia y la comunidad cristiana porque trajo recuerdos de la violencia pasada».
Al destacar el aumento de la violencia contra los cristianos del país desde la invasión liderada por Estados Unidos en 2003, el patriarca Sako dijo que «el país se ha convertido en una jungla» y puso el incidente en el contexto de la hemorragia en curso de cristianos que ha sido provocada en parte por los ataques como este y otras actividades extremistas.
Al afirmar que los cristianos de Irak han caído en más de un millón, dijo: «Nos preguntamos quién se preocupa por nosotros y nuestro sufrimiento, ya que somos ciudadanos entre la gente de este país».
El número de familias cristianas en el área donde tuvo lugar el ataque ahora se ha reducido a solo ocho, ya que durante las últimas dos décadas los miembros de los fieles emigraron al extranjero o se fueron a otras partes del país en busca de más seguridad.
Se cree que el ataque fue provocado por la negativa del comerciante a dejar de vender alcohol.
El patriarca Sako dijo: “El dueño de esta casa tiene una licorería desde hace años, y parece que recibió muchas amenazas. Está claro que aparentemente está relacionado con la venta de licor, a pesar de que la persona tiene una licencia oficial”.
El jefe de la Iglesia caldea pasó a enumerar una serie de formas en las que los cristianos experimentan la discriminación en Irak. Dijo: “Existe la incautación de los bienes de los cristianos a pesar de los esfuerzos de algunas buenas personas, así como el hostigamiento de los cristianos en sus puestos de trabajo y la exclusión de su empleo a pesar de que existe una ley para compensarlos con trabajos para cristianos que se han jubilado o emigrado».
El patriarca agregó: “Espero que todos comprendan el sufrimiento continuo de los cristianos y que los que se quedan no se vean obligados a emigrar. Sino Irak perderá sus competencias y habilidades».
