(ZENIT Noticias / Ciudad del Vaticano, 17.12.2021).- Con el inicio de la visita ad limina, que en otro tiempos se cumplía con puntual regularidad cada cinco años, el episcopado español se presenta ante el Papa Francisco y también ante sus colaboradores. Y es que, de hecho, hay una segunda dimensión -quizá menos notoria en este tipo de visitas- y es la de encuentros de los obispos con los dicasterios de la Santa Sede.
Una visita ad limina no es una simple visita de cortesía: en términos profanos es lo más parecido a una “rendición de cuentas”. Y en este sentido, tanto en su conjunto como a nivel de cada uno de los pastores de las diócesis de la Iglesia española, estos tienen mucho que decir… y escuchar.
En la agenda pública hay “temas” de índole menor pero que a veces desgastan el día a día: está la situación de la diócesis de Ciudad Rodrigo, que sigue sin obispo; el caso “Xavier Novell” que no sólo pasó de obispo a “varón casado civilmente” sino de exorcista a “obispo suspendido” tras atentar con unión civil con una escritora satánico-erótica. Sigue estando fresco el litigio interdiocesano de los bienes de la franja, el tema del “nacionalismo catalán” (también dentro del episcopado), lo sucedido en Almería, las fundaciones que en el arzobispado de Madrid han traído dificultades al cardenal Osoro y otros temas todavía más pequeños, pero que suelen hacer mucho ruido mediático.
Entre los “grandes temas” está la renovación del episcopado español que, de hecho, ya ha comenzado. Por otra parte está la coyuntura de crispación política y de crisis económica en la que está inmersa el país con polos que van de VOX al social-comunismo del gobierno actual y de sus leyes pro aborto, pro eutanisia y pro ideología de género; está el tema de la gestión de los abusos (que un diario como El País se ha ocupado de no dejar de visibilizar) y también la transparencia en la gestión de fondos. Dos puntos de no menor relevancia es la secularización de la sociedad y el tema de las vocaciones.
En todo este contexto la “Fundación Haz” publicó un informe sobre transparencia y buen gobierno de las 69 diócesis españolas. Las diócesis más sobresalientes son Bilbao (30 puntos de 38), Burgos (29 de 38) y Coria-Cáceres (27 de 38). En el otro extremo del informe están las diócesis de Oviedo, Santiago de Compostela, Salamanca, Segorbe-Castellón, Barcelona, Granada, Valladolid, Alcalá de Henares, Mallorca, Almería, Canarias y Lugo. En el centro de la tabla están diócesis como Pamplona y Tudela, León, Palencia, Huesca y Tarragona.
El informe advierte un aumento en el cumplimiento de transparencia con relación al año precedente. Mejoras relevantes en este sentido se aprecian en San Sebastián y Calahorra y La Calzada-Logroño. El informe se basa en 19 indicadores divididos en seis áreas como información histórica y administrativa, estructuras de dirección y gobierno, principales políticas económicas y de gestión de riesgo, plan diocesano, información económica y resultados de actividad.
No es el único informe que quizá se deba tener en cuenta en este contexto reciente: una reciente encuesta juvenil aplicada antes del 49 Consejo General de la Juventud Obrera Cristiana, de finales de 2021, mostró que el 55,12% de los jóvenes se muestra contrario a la jerarquía eclesial. La aprobación es apenas del 3,54%. Está claro que la España de hoy ya no se parece mucho a la España no de hace 50 años: es que ahora incluso se parece incluso menos a la de hace apenas 10, es decir, a la de dos visitas atrás.
