(ZENIT Noticias / Ciudad del Vaticano, 04.04.2022).- A tres meses de haber presentado su renuncia como prefecto del Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral, un importante dicasterio de la Santa Sede en el que había atípicamente un segundo cardenal dentro del mismo (un jesuita que ahora ha terminado de prefecto “interino”), el cardenal ghanés Peter Turkson ha sido nombrado canciller de dos Pontificias Academias: la de las Ciencias y la de Ciencias Sociales. El nombramiento ha sido realizado por el Papa este lunes 4 de abril.
La Pontificia Academia de Ciencias es la única academia supranacional de ciencias en el mundo. Fue fundada en Roma el 17 de agosto de 1603 como la primera academia exclusivamente científica del mundo por Federico Cesi, Giovanni Heck, Francesco Stelluti y Anastasio de Filiis con el nombre de Linceorum Academia, de la que fue nombrado miembro Galileo Galilei el 25 de agosto de 1610. En 1847 Pío IX la reestableció con el nombre de Pontificia Accademia dei Nuovi Lincei. Se trasladó a su sede actual en la Casina Pio IV, en los Jardines del Vaticano, en 1922, y Pío XI le dio su nombre y estatutos actuales en 1936. Su misión es honrar la ciencia pura dondequiera que se encuentre, asegurar su libertad y fomentar la investigación para el progreso de la ciencia.
La Academia está gobernada por un canciller, con la asistencia del Consejo. Sus 80 Académicos Pontificios son nombrados de por vida por el Santo Padre a propuesta del Cuerpo Académico y elegidos sin ningún tipo de discriminación étnica o religiosa entre los más eminentes científicos y estudiosos de las ciencias matemáticas y experimentales de todos los países del mundo. 36 países están actualmente representados. Participan en grupos de estudio y reuniones organizadas por la Academia para examinar temas específicos. Sus deliberaciones y artículos científicos son publicados por la Academia o conjuntamente con otras editoriales. Muchos de sus miembros son Premio Nobel.
Por su parte, la Academia Pontificia para las Ciencias Sociales fue establecida por San Juan Pablo II el 1 de enero de 1994. Cada una de las reuniones de la Academia comienza con un informe sobre las enseñanzas sociales de la Iglesia en relación con el tema en cuestión. La Academia investiga puntos donde parece aconsejable una mayor elaboración de estas enseñanzas y proporciona una evaluación constructiva de las enseñanzas a la luz de las ciencias sociales. Para lograr sus fines, la Academia organiza conferencias y talleres sobre temas específicos, promueve encuestas e investigaciones científicas, ayuda a instituciones y particulares a realizarlas, publica los resultados de sus propias consultas y emite publicaciones de carácter científico.
La sede de esta segunda Academia también se ubica en la Casina Pio IV, en la Ciudad del Vaticano. La Casina es un edificio construido en 1561 como residencia de verano del Papa Pío IV y rodeada por los árboles y el césped de los jardines del Vaticano. Se trata de un tesoro bien conservado con frescos del siglo XVI, relieves de estuco, mosaicos y fuentes.
Los académicos de esta Academia son no menos de 20 y no más de 40 hombres y mujeres, representando adecuadamente las diversas disciplinas de las ciencias sociales y las regiones geográficas. Son nombrados por el Santo Padre a propuesta del Cuerpo Académico sobre la base de sus competencias y destacadas contribuciones en las ciencias sociales, y de su integridad moral. La Academia está dirigida por un Presidente, que actúa con la asistencia del Consejo de la Academia, que se reúne al menos dos veces al año. El Presidente es nombrado por el Sumo Pontífice, de quien depende directamente, y es asistido por el Canciller. Los Académicos Pontificios participan en las sesiones organizadas por la Academia junto con algunos expertos cuidadosamente seleccionados sobre el tema específico abordado. Sus deliberaciones y artículos científicos son publicados por la Academia (u otras editoriales). También tienen derecho a proponer candidatos a candidaturas y temas de trabajo. El Consejo está compuesto actualmente por el Presidente y 6 miembros de la Academia designados por el Sumo Pontífice, a propuesta del Presidente, previa consulta con los Académicos.
El cardenal Turkson sustituye a Mons. Marcelo Sánchez Sorondo, obispo argentino que renunció por límites de edad.
