Beatitud Sviatoslav Shevchuk. Foto: InfoCatólica

Cartas desde la guerra (día 40): “Vemos imágenes espeluznantes y aterradoras de todo lo que el ocupante ha dejado en suelo ucraniano”

“Ucrania está sufriendo… Pero Ucrania está luchando. Ucrania muestra al mundo entero que hay valores, valores como el amor a la Patria, el amor a Dios y al prójimo, por los que vale la pena dar la vida. Porque dando por ellos la vida es que se encuentra el camino a la inmortalidad. Sentimos cada vez más que la lucha de Ucrania es una lucha espiritual contra el mal, contra el diablo, contra sus siervos. Y vemos que todas las reglas del combate espiritual son una realidad para los cristianos ucranianos de hoy”, dice Su Beatitud Sviatoslav Shevchuk

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(ZENIT Noticias / Kiev, 05.04.2022).- Habiendo llegado a la cuaresma de la guerra, el arzobispo mayor de los greco católicos continúa edificándonos con sus comunicaciones en las que no sólo nos da a conocer el estado de las cosas desde Ucrania misma, sino también la lectura espiritual de los acontecimientos. Esa que parece ser la que mantiene de pie a la población ucraniana. A continuación el texto en español de la comunicación en el día 40.

***

¡Alabado sea Jesucristo!

Queridos hermanos y hermanas en Cristo, hoy es 4 de abril de 2022 y Ucrania ya está viviendo el 40º día de esta terrible y sangrienta guerra.

Montañas de cadáveres, ríos de sangre, un mar de lágrimas: estas son las tres palabras que describen el icono de la Ucrania de hoy. Y el nivel, la profundidad de este dolor sólo crece con cada día que pasa.

La guerra continúa. Continúan las sangrientas batallas en el norte, en el este y en el sur de Ucrania. El así llamado terrorismo de cohetes continúa. Porque todas las noches nuestras ciudades son bombardeadas por misiles de crucero rusos: destruyendo edificios residenciales, matando gente, destruyendo de modo crítico la infraestructura de la economía de Ucrania. Esta noche golpearon Ternópil, Odessa, Mykolaiv…

Ucrania está sufriendo… Pero Ucrania está luchando. Ucrania muestra al mundo entero que hay valores, valores como el amor a la Patria, el amor a Dios y al prójimo, por los que vale la pena dar la vida. Porque dando por ellos la vida es que se encuentra el camino a la inmortalidad. Sentimos cada vez más que la lucha de Ucrania es una lucha espiritual contra el mal, contra el diablo, contra sus siervos. Y vemos que todas las reglas del combate espiritual son una realidad para los cristianos ucranianos de hoy.

Sabemos muy bien que para vencer el mal no basta con luchar contra el pecado. Es necesario afirmar el bien, hace falta hacer el bien. No basta con quejarse de la oscuridad. Es necesario encender al menos una vela. De esta manera el mal puede ser efectivamente superado por los buenos hábitos. Sabemos que nuestras faltas y pecados tienen que ser combatidos con las virtudes que se les oponen. Por ejemplo: al orgullo lo vence la humildad, la avaricia se sana con el sacrificio generoso y la pereza con la laboriosidad.

Hoy vemos imágenes espeluznantes. Imágenes aterradoras de todo lo que el ocupante ha dejado en suelo ucraniano. Vemos fosas comunes de personas asesinadas por un disparo en la nuca. Vemos ciudades y pueblos destruidos. Vemos destinos humanos destrozados. Por eso es que debemos ponernos a trabajar y a luchar.

Si el enemigo nos está matando, sembrando la muerte, sirvamos nosotros a la vida, respetemos la vida humana desde la concepción hasta su muerte natural.
Vemos que hoy el enemigo está robando a los ucranianos, desvalijando, saqueando… nosotros entonces seamos benefactores. Seamos generosos y ayudemos a los que necesitan de nuestra caridad cristiana.

Vemos que el enemigo está destruyendo todo. Nosotros entonces construyamos, pongamos manos a la obra.

Sabemos muy bien que, para que Ucrania pueda vencer, debe resistir no sólo en el campo de batalla, sino que también necesitamos reconstruir, sanar nuestra economía, que ya ha sufrido un 50% de pérdida.

Hoy es lunes, reanudemos la actividad. Empecemos a trabajar. Les digo a nuestros refugiados, a los desplazados: empiecen a trabajar. Creemos juntos nuevos puestos de trabajo. Busquemos trabajo. Porque el trabajo, el derecho al trabajo, es un derecho que nos lo da la dignidad humana.

A todos los que acogen a los desplazados dentro del país: creemos las condiciones para que trabajen con dignidad. Para que juntos podamos fortalecer nuestro Estado.
Es primavera en Ucrania. Hagamos todo lo posible para mantener la campaña de la siembra. Porque el suelo ucraniano está preparado para alimentar a nuestro pueblo. Sólo tenemos que poner nuestras manos y esfuerzos.

Hoy quiero hacer un llamamiento a todos los que sienten que pueden hacer algo bueno. Hagamos el bien y entonces el mal será derrotado.

Gracias a todos los que apoyan y rezan por Ucrania, a los que se solidarizan con nosotros y nos hacen el bien. Que Dios le dé a cada uno, generosamente, el ciento por uno.

Oh Dios, bendice a Ucrania. Bendice al pueblo ucraniano. ¡Seca las lágrimas de los que lloran! ¡Consuela a los afligidos! ¡Oh Dios, dale la paz a Ucrania!

La bendición del Señor y su misericordia descienda sobre ustedes por su divina gracia y amor y permanezcan ahora y siempre y por los siglos de los siglos, amén.
¡Alabado sea Jesucristo!

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Redacción Zenit

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