(ZENIT Noticias / Ciudad del Vaticano, 09.04.2022).- En ocasión del 150 aniversario del Real Club de Remo Tevere, el Papa recibió a socios de esta fundación en el Palacio Apostólico, la mañana del sábado 9 de abril. En su discurso, el Papa comenzó agradeciendo las palabras que a nombre de los presentes le brindó el presidente de la asociación y a continuación les dijo:
“Este aniversario ofrece la oportunidad de reflexionar sobre el significado y el estilo de su presencia en la sociedad, en Roma y en el Lacio. Ustedes son representantes de una realidad deportiva, cuyos miembros compiten en varias disciplinas, y esto evoca el movimiento, la puesta en marcha de un viaje. Es importante que todos los grupos de edad, especialmente los jóvenes, no se detengan ante los obstáculos de la vida, sino que superen las dificultades con tenacidad, confianza en Dios y en sí mismos, y en la ayuda de los demás. A través del deporte, estás llamado a promover los valores de la sana competencia, la amistad y la solidaridad. Se trata de difundir una cultura deportiva que conciba la práctica del deporte no sólo como un factor de bienestar físico, sino como un ideal valiente, como un instrumento de crecimiento personal integral”.El Papa dijo también a los presentes que “A lo largo de los años, se han esforzado por proponer tu Club como un campo de entrenamiento para la formación humana. Os animo a perseverar para que los niños, los jóvenes y los adultos cultiven, a través de las distintas disciplinas deportivas, los valores esenciales: el amor por la verdad y la justicia, el respeto por la creación, el gusto por la belleza y el bien, la búsqueda de la libertad y la paz. A veces, el mundo del deporte parece estar condicionado por la lógica del beneficio y el espíritu competitivo exasperado, que puede degenerar en episodios de violencia”. Por esa subrayó que “es tarea de organizaciones como la suya dar testimonio de la fuerza moral de la actividad deportiva que, si se practica correctamente, ayuda a establecer buenas amistades y fomenta la construcción de un mundo más sereno y fraternal en el que nos apoyamos y ayudamos mutuamente. Y esto es importante, para cultivar esa dimensión de «amateurismo». Si un deporte no es amateur no es un deporte, falta algo. Cultivar este amateurismo para no caer en otro tipo de intereses”.
Dirigiéndose a los jóvenes, les deseo “que practiquéis el deporte con equidad y un sano espíritu competitivo. Les ayudará a afrontar la exigente carrera de la vida con valentía y honestidad, con alegría y serena confianza en el futuro, deteniéndote a esperar pacientemente a los que son más lentos y tienen más dificultades para caminar”.
Aludiendo a las referencias que hizo el presidente de la asociación al comienzo, el Papa las retomó y dijo: “La primera es Ucrania. No podemos hablar de otras cosas estos días sin al menos recordar la crueldad a la que se puede llegar. El espíritu del deporte, su amateurismo, es una preparación para no caer en estas cosas, cultivar la amistad humana nos prepara para no caer en esta tragedia y pensar en las personas que son víctimas de esta tragedia. Gracias por mencionar a Ucrania en su discurso”. Y también mencionó: “Y la segunda cosa que ha dicho su Presidente no la digo porque se la haya dicho a ustedes: que recen por mí. Gracias, lo necesito, porque este «deporte» no es fácil”.