(ZENIT Noticias / Ciudad del Vaticano, 10.04.2022).- Después de dos años sin celebraciones multitudinarias en el Vaticano, este domingo de Ramos se retomaron las misas públicas en la plaza de san Pedro, lo cual supone una paulatina normalización de las cosas tras los meses más duros de la pandemia. Nuevamente una plaza con muchas personas es lo que han podido reflejar las cámaras de televisión y las lentes de las cámaras fotográficas. Al menos 65 mil personas, según datos de la Gendarmería Vaticana, asistieron a la misa del Papa.
Al finalizar la misa de domingo de ramos el Papa saludo a los peregrinos, especialmente a los jóvenes. Manifestó su cercanía al pueblo peruano con estas palabras:
“Estoy cerca del querido pueblo de Perú, que está atravesando un momento difícil de tensión social. Os acompaño con la oración y animo a todas las partes a encontrar lo antes posible una solución pacífica por el bien del país, especialmente de los más pobres, en el respeto de los derechos de todos y de las instituciones”.
Relacionando la oración mariana del ángelus que estaba por rezar, especialmente la parte del “nada es imposible para Dios” (Lc 1, 37), con la guerra, el Papa hizo un llamado a la tregua con ocasión de la Pascua:
“Estamos en los días que preceden a la Pascua. Nos estamos preparando para celebrar la victoria del Señor Jesucristo sobre el pecado y sobre la muerte. Sobre el pecado y sobre la muerte, no sobre alguno o contra algún otro. Pero hoy hay guerra. ¿Por qué se quiere vencer así, a la manera del mundo? Así solamente se pierde. ¿Por qué no dejar que venza Él? Cristo ha llevado la cruz para liberarnos del dominio del mal. Ha muerto para que reinen la vida, el amor, la paz.
¡Se depongan las armas! Se inicie una tregua pascual; pero no para recargar las armas y volver a combatir, ¡no!, una tregua para llegar a la paz, a través de una verdadera negociación, dispuestos también a algún sacrificio por el bien de la gente. De hecho, ¿qué victoria será esa que plante una bandera sobre un cúmulo de escombros? Nada es imposible para Dios. Nos encomendamos a Él, por intercesión de la Virgen María”.
Está previsto que todas las celebraciones de esta Semana Santa sean presididas por el Papa. De hecho, al concluir el rezo del ángelus el Papa recorrió en el papamóvil la plaza de San Pedro e incluso la via della Conciliazione.