Su Beatitud Sviatoslav Shevchuk. Foto: Arquidiócesis de Westminster

Cartas desde la guerra (día 48): “lo que más duele es la ciudad de Mariúpol. El alcalde de la ciudad de Mariúpol mencionó la cifra de unos 10 mil civiles muertos”

“En estos días, fue estremecedor oír la historia de una niña de 4 años de Mariúpol llamada Kira Chebenko, que con su madre pudo escapar de este lugar de muerte en suelo ucraniano. La niña cuenta con sus 4 años cómo pisó un artefacto explosivo y ese artefacto explotó. Milagrosamente sobrevivió y la niña cuenta que a su alrededor había mucha sangre”, dice en este mensaje el líder de los católicos en Ucrania.

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(ZENIT Noticias / Kiev, 12.04.2022).- En el parte comunicativo que desde Kiev comparte el arzobispo mayor de los greco católicos, Su Beatitud Sviatoslav Shevchuk, el eclesiástico se detiene en la dura situación de la ciudad de Mariupol, una ciudad dedicada a la Virgen María y con la que el ejército ruso se ha ensañado de un modo particular. A continuación el texto en castellano de este mensaje.

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¡Alabado sea Jesucristo!

Queridos hermanos y hermanas en Cristo, hoy es martes 12 de abril y Ucrania vive ya el 48º día de lucha nacional contra la agresión rusa. Ya van 48 días de muertes, destrucción, angustia, lamento, lágrimas… Durante estos días y en particular durante las últimas 24 horas, Ucrania se está defendiendo heroicamente, Ucrania sigue en pie, aprendiendo a triunfar. Ucrania siente que está luchando en nombre del bien en contra el mal que llegó a su tierra.

Durante estos días hemos visto los grandes crímenes que el ocupante realizó en nuestro territorio. Durante las últimas horas este mal sigue destruyendo nuestro suelo. Se están librando fuertes batallas en los alrededores de Kharkiv; en Donbás y en el sur de nuestra Patria; pero lo que más duele es la ciudad de Mariúpol. El alcalde de la ciudad de Mariúpol mencionó la cifra de unos 10 mil civiles muertos. Estos son los muertos solo según las cifras oficiales y tan solo en una ciudad del sur de Ucrania… Pero esta ciudad héroe, esta ciudad mártir que se defiende, es un símbolo de la indestructibilidad de nuestra Patria.

En tales circunstancias, muchos se preguntan: ¿Cómo vivir, ¿cómo encontrar el norte en medio de la oscuridad de la noche de la guerra? La Palabra de Dios nos da la respuesta a este grito del alma. Del alma que pide entender el sentido de la vida en medio de las penurias de la guerra. El salmista David, el triunfante caudillo, nos dice: “Oh Dios, antorcha para mis pies es tu palabra, luz para mi sendero”.  En estos días, meditamos sobre los 10 mandamientos de Dios, sobre el meollo de la ley de Dios, una ley que es en esencia, la regla de la supervivencia, la regla para la vida. Es una ley que es camino de vida en medio del desierto de la muerte.

Hoy me gustaría meditar con ustedes sobre la médula de la ley de Dios, el mandamiento que dice: “No matarás”. Sabemos que hoy en Rusia, si alguien se para junto a una iglesia con un cartel con este mandamiento escrito, puede ser arrestado.

El mandamiento “no matarás”… ¿cómo puede cumplirse en condiciones de guerra? Pero sabemos que la ley de Dios es eterna. No hay circunstancia alguna que pueda anular o suprimir los mandamientos de Dios. E incluso en medio de la guerra, el mandamiento de Dios “no matarás” es salvífico. Este mandamiento sigue siendo guía, sigue siendo luz para nuestro camino. Vemos cómo justamente en tiempos de guerra, empezamos a comprender el valor de la vida humana. Porque podremos reconstruirlo todo, podremos restaurarlo todo, podremos salvarlo todo… excepto la vida humana perdida. Así que una vez más, todos nosotros juntos, como una sola nación, debemos hacer todos los esfuerzos posibles para salvar la vida humana. Para detener la mano asesina del atacante y también, aún defendiéndonos, debemos hacer todo lo posible para honrar el mandamiento de Dios “no matarás”.

En estos días, fue estremecedor oír la historia de una niña de 4 años de Mariúpol llamada Kira Chebenko, que con su madre pudo escapar de este lugar de muerte en suelo ucraniano. La niña cuenta con sus 4 años cómo pisó un artefacto explosivo y ese artefacto explotó. Milagrosamente sobrevivió y la niña cuenta que a su alrededor había mucha sangre.

Hoy le rezamos a nuestro Dios que es la fuente de la vida. ¡Oh Dios, ayúdanos en Ucrania a detener la guerra! Enseña a todas las personas a no matar, enséñanos a entender que tu ley nos dice: “Aquí te pongo delante el bien y el mal. Escoge el bien, para que vivas”

Que hoy, en esta encrucijada de la guerra en Ucrania, la humanidad haga su elección. Todos los que eligen la vida, hoy en conciencia, tienen el deber de apoyar a Ucrania.

Oh Dios, bendice a nuestro pueblo. Bendice a nuestro ejército. Salva a tus hijos de la muerte. Oh Dios, bendice a Ucrania.

La bendición del Señor y su misericordia descienda sobre ustedes por su divina gracia y amor y permanezcan ahora y siempre y por los siglos de los siglos, amén.
¡Alabado sea Jesucristo!

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Redacción Zenit

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