(ZENIT Noticias / Kiev, 12.04.2022).- Tras la retirada del ejército ruso de ciudades ocupadas en torno a la capital de Ucrania, y su consecuente repliegue en el este del país, se han podido conocer muchos de los efectos vandálicos de la ocupación rusa.
Uno de esos episodios es el acontecido en el seminario católico de Vorzel, próximo a Kiev, capital del país. Ahí el ejército ruso no sólo destruyó parte de los edificio de la propiedad, sino que también saqueo bienes sacros. Uno de esos bienes fue el cáliz que Juan Pablo II regaló al seminario y que fue el cáliz con el que el mismo Papa celebró la misa en Ucrania en el año 2001.
“Los asaltantes han abierto las puertas para entrar al seminario. Sacaron lo que se puede vender: aires acondicionados, lavadoras, computadoras, routers, enseres de cocina, hasta las zapatillas viejas del rector. También se sustrajeron algunos objetos litúrgicos”, declaró el obispo católico-latino de Kiev, Vitaly Kryvytskyi.
A continuación una traducción al castellano del testimonio publicado por el obispo Kryvytskyi en Facebook el sábado 9 de abril, un día antes del domingo de ramos:
“Dos días desde que regresamos a nuestro seminario en Vorzel. Su apariencia es triste, pero es gratificante que todos sobrevivieran. Era necesaria la evacuación. El seminario siempre ha sido hospitalario, pero esta vez no fue testigo de paz. Los merodeadores, con un gran peso, abrieron la puerta para entrar por el medio y no salir con las manos vacías.
Sacaron casi todo lo que se puede vender. Desde aires acondicionados, lavadoras, ordenadores, routers, menaje de cocina… hasta las viejas zapatillas del Padre Rector, con las que le encantaba correr. Es poco probable que este último se venda, (…) No será más fácil para (…) otros sacerdotes y seminaristas que han perdido muchos objetos personales. También sustrajeron algunos objetos litúrgicos, entre ellos un cáliz conmemorativo de la Santa Misa presidida por S. Juan Pablo II en 2001 y la custodia.
Los bárbaros dañaron varios autos, pero están en movimiento. Algunas habitaciones están dañadas por explosiones, pero damos gracias a Dios Todopoderoso por salvar a nuestra Alma Mater de una destrucción mayor.
Se necesita tiempo para que la vida del seminario regrese. No hay agua, luz, gas. El Rector, el Padre Espiritual y los diáconos ya regresaron a la fría casa. Llegó un grupo de hombres amistosos y acordaron compartir estas condiciones espartanas y ayudar a revivir el seminario lo antes posible. ¡Gracias a todos sinceramente por su coraje y sacrificio!
La gente local que necesita ayuda ya está viniendo al seminario. Gracias por los varios transportes humanitarios que ya ha enviado nuestra Caritas diocesana. Mañana, Domingo de Ramos, todas las ganancias en nuestras parroquias irán tradicionalmente al Seminario Diocesano. ¡Muchas gracias de antemano por cualquier donación! Necesitaremos los fondos para renovar las instalaciones y revivir la vida del seminario, por el bien de la Iglesia. Después de todo, Ucrania, que será reconstruida después de la guerra, también necesitará líderes espirituales: sacerdotes. Ore para que el Señor llame a aquellos que Él ha escogido para Su ministerio especial”.
