(ZENIT Noticias / Ciudad de México, 20.04.2022).- Tras dos años de pausa, la pasada Semana Santa de 2022 regresó la Megamisión presencial de Juventud y Familia Misionera, después de realizarla en modo virtual en los años de pandemia. Fueron ocho días de trabajo con misiones médicas, construcción de casas, visitas a centros penitenciarios y otras actividades de evangelización. 8 mil misioneros recorrieron 552 comunidades rurales y urbanas, reclusorios y hospitales en 24 estados del país.
En las diversas ciudades en donde se hicieron misiones se oficiaron misas de envío y clausura de Megamisión. Para el Valle de México la misa fue celebrada en la explanada de la Universidad Anáhuac México, con más de 4 mil asistentes, 60 sacerdotes legionarios de Cristo, consagradas, laicos consagrados y miembros del Regnum Christi. Fue presidida por el director territorial de los legionarios de Cristo para México y Centroamérica, P. Alberto Simán, LC.
En su homilía, el P. Simán dijo: “La fe, queridos misioneros, nos hace ver no a un Jesús muerto, sino a un Jesús vivo en el sufrimiento de las demás personas. Ustedes han visto y escuchado a Jesús que sufre en las personas enfermas, en las personas tristes, en las personas que trabajan largas jornadas y viven en pobreza”. A continuación les exhortó a transmitir el amor de Cristo con creatividad, como audaces misioneros para llevar el amor y alegría de Jesús a todas partes. Parafraseando una canción, les recordó: “Dios necesita de tus manos, de tus pies, de tus ojos, necesita de ti, como lo han cantado en estos días en el himno de Juventud y Familia Misionera”.
El ambiente que se vivió fue de gran entusiasmo. Brenda Treviño, directora nacional de Juventud y Familia Misionera, declaró: “Es muy esperanzador para nuestra sociedad ver a miles de jóvenes que aprovechan sus vacaciones de Semana Santa para ayudar a los más necesitados; comparten sus habilidades y llevan alegría a los ancianos, niños y jóvenes que visitan”.
En esta misa 70 jóvenes decidieron dar un año de su vida como colaboradores al servicio de la Iglesia. La misa de clausura también se realizó en otras ciudades de Costa de Marfil, Filipinas, Brasil, Chile, Francia, Argentina, España y otros países más.