(ZENIT Noticias / Lima, 26.04.2022).- Frente a la crisis e incertidumbre que viene atravesando el gobierno, los Obispos del Perú emitieron un Pronunciamiento dirigido al pueblo peruano, el pasado jueves 21 de abril: «El poder debe estar al servicio del pueblo y no al servicio de sus representantes o de aquellos que se arrogan esta condición».
En el documento, los Obispos recuerdan que desde el 2016 la crisis política que agobia al país se agravó por «la constante inestabilidad, que se genera desde los diversos actores políticos y los grupos de poder». A esta crisis política se sumó la crisis sanitaria causada por la Covid-19, «que mostró las graves carencias que tiene el país en materia de salud y educación».
En ese sentido, la Conferencia Episcopal Peruana, conocedora de la realidad que viven los peruanos en todos los rincones del país, hizo un llamado urgente a los líderes políticos para que asuman con mayor responsabilidad la actual coyuntura: «el poder debe estar al servicio del pueblo y no al servicio de sus representantes o de aquellos que se arrogan esta condición, más allá de lo que establece nuestro ordenamiento jurídico y social».
«Señor Presidente de la República y Señores Congresistas, ¡asuman su responsabilidad para la cual han sido elegidos! La democracia en este momento crítico no puede ser reflejo del enfrentamiento entre Poderes del Estado ni de posiciones intransigentes que contribuyan a una mayor inestabilidad», exhortaron los Obispos al final del pronunciamiento.
Este Pronunciamiento llega también en el contexto de un conflicto entre el primer ministro del Perú, Aníbal Torres, y el cardenal Pedro Barreto. El primero llamó miserable al segundo. Ante el hecho, la conferencia episcopal declaró: “toda persona tiene derecho a la libertad de expresión pero no puede utilizarla para dañar la dignidad de las personas. En una sociedad donde esta dignidad no se respeta y donde la violencia verbal y los insultos reemplazan al diálogo y a las ideas, se pone en peligro el futuro y el crecimiento integral de la misma sociedad».
Por su parte, el primer ministro dijo que no usó palabra para ofender. El país vive una crisis de gobernabilidad después de la elección del presidente Pedro Castillo.