Pbro. Mario Miceli, de la parroquia de San Juan Diego en Buenos Aires

Un mensaje del Papa para México a través de un sacerdote argentino

“Vi al papa Francisco con una enorme fortaleza física y espiritual, y al enterarse de mi visita a México, me ha pedido que seamos humildes y sencillos como san Juan Diego”. P. Mario Miceli, arquidiócesis de Buenos Aires, Argentina.

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Por: Osvaldo Moreno Sotelo

 

(ZENIT Noticias / Ciudad del Vaticano, 24.06.2022).- El Padre Mario Miceli visitó México por invitación de la organización Juntos por México, una asociación conformada por 80 movimientos laicales de México. La coordinación nacional está formada por miembros de los Focolares, Laicos Servidores de la Palabra y del Regnum Christi. Antes de llegar al país tuvo un encuentro privado con el Papa pues él era seminarista cuando el Papa (entonces cardenal de Buenos Aires) era su obispo. De ese encuentro y de su parroquia en Buenos Aires dedicada a san Juan Diego, nos habla en esta entrevista.

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Pregunta: ¿Cómo fue su encuentro con el papa Francisco? 

Respuesta: En mi tiempo de seminarista, Mons. Jorge Mario Bergoglio era arzobispo de Buenos Aires. Su testimonio de sencillez y cercanía me han marcado en mi vida sacerdotal. He tenido buena comunicación personal y en días pasados lo visité en Roma, le platiqué sobre mi viaje a México y pude constatar que su malestar de rodilla sólo le ha disminuido un poco en su movilidad, pero su fuerza y capacidad es impresionante.

Cuando se acercó mi vista a México, me envió una carta en donde se alegra de mi encuentro con los hermanos mexicanos y me pidió que sigamos el ejemplo de san Juan Diego Cuauhtlatoatzin, siempre humildes, sencillos y servidores de todos.

 

Pregunta: ¿Por qué un templo en Argentina dedicado a san Juan Diego?

Respuesta: La construcción del templo comenzó en 1995, cuando el Papa Francisco era obispo auxiliar en Buenos Aires y pidió que estuviera dedicado a san Juan Diego, para crear un templo y un espacio destinado a obras sociales, para la atención pastoral de miles de migrantes que viven en la zona. Fue el 9 de diciembre de 2007, en la festividad de San Juan Diego, cuando el entonces Cardenal Jorge Mario Bergoglio creó el Centro Misionero San Juan Diego y lo nombró patrono de todos los trabajadores de las flores.

En el 2015, el Papa Francisco pidió que el sucesor de Fray Juan de Zumárraga fuera quien consagrara la parroquia, es así como el cardenal Rivera Carrera presidió la ceremonia con el Cardenal Poli, entronizando las imágenes de San Juan Diego y la Virgen de Guadalupe.

Pregunta: ¿Qué importancia tiene para usted estar al frente de una parroquia dedicada al servicio de migrantes y necesitados?

Respuesta: De entrada, mi familia y yo somos migrantes, no somos de Buenos Aires, soy hijo único y de padres divorciados que a pesar de las circunstancias me formaron en el amor y en la fe. Recuerdo que de niño unos monjes vestidos de marrón nos visitaban y se veían felices hablando de Jesucristo y san Francisco. Con ese ejemplo fue naciendo mi vocación al sacerdocio y la sensibilidad de atención al migrante y personas más desfavorecidas.

Se dio el regalo de ser sacerdote, y mi convicción de que estaré feliz y trabajando en el lugar que Dios disponga. Aprendí que hay que dejar hablar a Dios.

Pregunta: ¿Cómo pude contribuir un sacerdote a mejorar la situación de violencia y pobreza que se vive en muchas zonas de América Latina?

Respuesta: Por lo pronto empezar con la fidelidad de ser sacerdotes, hay otras vocaciones y carismas políticos, pero nosotros somos sacerdotes y nuestra labor es iluminar con Jesucristo, llevar la Eucaristía y poner en el centro a los más humildes. Podemos ser instrumentos de unidad y como dice el Papa Francisco, en una cultura que hace murallas, ser constructores de puentes, tenemos capacidad de unir y de dialogar con las diversas ideologías y en las confrontaciones.

Me ha tocado trabajar en muchos lugares marginales, y he visto cómo se pude trabajar con tanto potencial en los barrios, con la juventud. Jóvenes que no han conocido el amor trascendental y cuando falta amor solemos lastimar. Debemos escuchar a los jóvenes, y así como a san Juan Diego, en el acontecimiento Guadalupano, trabajar en el uno a uno para hablar el mismo idioma, que no se sientan obligados ni lastimados, buscar el encuentro y la conversión.

Para conocer más acerca de la Parroquia de san Juan Diego Cuauhtlatoatzin, en Buenos Aires Argentina:

Web: http://parroquiasanjuandiego.com.ar

Instagram @parroquia.juandiego

Youtube San Juan Diego Caba

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Redacción Zenit

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