(ZENIT Noticias / Ciudad del Vaticano, 07.07.2022).- En una nueva entrega de la entrevista realizada por REUTERS al Papa, éste trata temas como la venta del edificio en Londres, concretamente en Sloane Avenue, la buena fe de sacerdotes a los que se les pedía gestionar el dinero del Vaticano y también el papel del cardenal George Pell.
Sobre la venta del edificio comprado por la Secretaría de Estado en 2014 en Londres, y vendido recientemente, el Papa augura que se trate del último episodio de escándalos financieros. En efecto, el caso del edificio en Sloane Avenue de Londres tiene un juicio abierto que involucra a 10 personas, entre ellas a un cardenal que, de hecho, aunque conserva el título de cardenal, en la práctica ha quedado despojado de los privilegios del mismo. Incluida la posibilidad de votar en un futuro Cónclave. En 2014 la Secretaría de Estado gestionaba un fondo propio, sin control ni revisión de nadie más en la Santa Sede. Fue en ese periodo que el edificio de Londres fue adquirido.
El Papa afirma en la entrevista que sí cree que se han establecido controles suficientes para que ya no se repitan escándalos de esta naturaleza.
El Papa Francisco con el periodista de Reuters, Phil PulellaForo: Vatican Media ; Reuters
Uno de esos controles ha sido la Secretaría para la Economía que inicialmente fue confiada al cardenal George Pell. De hecho, a este cardenal australiano el Papa reconoce en la entrevista y lo define como “el genio” pues inició la limpieza de las finanzas del Vaticano. “Antes, la administración (del dinero del Vaticano) era muy desordenada», confiesa el Papa Francisco. Y agrega que ahora hay personas competentes «que no caen en manos de benefactores o amigos, entre comillas, que pueden hacerle cometer un error”.
Francisco también habla de la ingenuidad de los sacerdotes a los que se les confiaban asuntos económicos sin tanta competencia en esos asuntos: al carecer de experiencia financiera buscaban ayuda en amigos “Pero a veces los amigos no eran la Beata Imelda» (en alusión a la pureza de intención infantil) “Y así, lo que pasó, pasó”.
