(ZENIT Noticias / Ciudad del Vaticano, 11.07.2022).- En Ucrania hay una de las iglesias orientales en comunión con el Papa. Se trata de la iglesia greco-católica cuyo líder es el arzobispo mayor Sviatoslav Shevchuk. Su Beatitud Shevchuk lidera la más numerosa de las iglesias católicas orientales desde 2011. Ha sido una voz clara y contundente contra el invasor ruso y también contra el patriarca Kirill de Moscú.
Debido a que la guerra continúa en Ucrania, el sínodo de la iglesia greco católica de ese país se desarrolla en Polonia, país donde han sido acogidos. En ese contexto, el Papa escribió una carta que recientemente se ha hecho pública y que en ZENIT traducimos al castellano. A continuación el contenido:
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Venerables Hermanos Obispos de la Iglesia greco-católica ucraniana
Os saludo cordialmente a todos los reunidos en el Sínodo de Przemysl, del 7 al 15 de julio. El presente Sínodo, según el programa anterior, debía celebrarse en Kiev, pero la dramática situación de la guerra, que dura ya cinco meses, no lo permitió.
Hace unos días, el 27 de junio, la Iglesia greco-católica ucraniana celebró la Liturgia de Conmemoración de los beatos mártires beatificados por el Papa Juan Pablo II en Lviv durante su peregrinación a Ucrania en 2001. Precisamente en este momento comprendemos mejor las circunstancias en las que vivieron y murieron aquellos mártires, entre los que había obispos, sacerdotes, monjes y monjas, y laicos que fueron víctimas del régimen comunista soviético. Hoy defienden a su pueblo que sufre desde el cielo. A su cuidado confío a todos los miembros del Sínodo.
Queridos hermanos obispos, me uno espiritualmente a vuestro sufrimiento, asegurándoos mis oraciones y mi implicación, que, teniendo en cuenta la situación actual, no aparecen en los medios de comunicación. El Sínodo de los Obispos dedicado al tema «Sinodalidad y universalidad: experiencia de la Iglesia greco-católica ucraniana» debe tener como objetivo el bien de la Iglesia y de cada creyente. Además, debe ser un lugar de encuentro y de ayuda mutua en el camino común de la vida, en la búsqueda de nuevos medios para acompañar a los fieles. Quisiera recordar una vez más las palabras que dirigí al Arzobispo Mayor y a los Metropolitanos durante nuestro encuentro en Roma en 2019:
«La cercanía de los pastores a los fieles es el canal que se construye día a día y que lleva el agua viva de la esperanza. Así se construye, encuentro tras encuentro, con sacerdotes que conocen y se toman a pecho la atención del pueblo, y con fieles que, gracias a la atención que reciben, hacen suyo el anuncio del Evangelio, transmitido por los pastores. No lo entienden si los pastores se empeñan en hablar sólo de Dios; lo entienden, en cambio, si hacen todo lo posible por llevar a Dios hasta ellos: dándose, siendo cercanos como medio de la esperanza de Dios que se hizo carne para andar por los caminos del hombre. Que la Iglesia sea el lugar de donde se saca la esperanza, donde se encuentra siempre la puerta abierta, donde se recibe el consuelo y el aliento» (Cf. AAS 7/2019/, 1126-1127).
Que este encuentro os inspire para continuar con creatividad la extraordinaria tradición de la fe de los Padres, arraigada y sostenida durante generaciones en el Pueblo de Dios de vuestra nación. Les ruego que su Iglesia y su pueblo, animados por la fuerza de los sacramentos y mirando al Corazón Inmaculado de María, no pierdan la esperanza cristiana en un mañana mejor.
A todos los miembros del Sínodo les doy mi bendición.
Roma, desde San Juan de Letrán, 30 de junio de 2022
