(ZENIT Noticias / Santiago, 22.08.2022).- El estudio “Dinámicas relacionales de abuso sexual en contexto eclesial en Chile: conocer para prevenir” se encargó al Centro UC Derecho y Religión, por parte del Consejo Nacional de Prevención de Abusos de la Conferencia Episcopal de Chile, ante la crisis generada por los casos de abusos sexuales cometidos por clérigos en el país. De esa manera, se acoge la invitación del Papa Francisco en orden a “ahondar en buscar las raíces y las estructuras que permitieron que estos acontecimientos concretos se sucedieran y perpetuasen” (Francisco, 2018), en aquello que corresponde a la tarea de orientación del Consejo a los obispos de Chile para prevenir estos delitos en la Iglesia.
La investigación, de la cual se presentó su resumen ejecutivo, busca comprender el tipo de vínculo que ha propiciado los abusos sexuales en contextos eclesiales cometidos principalmente por clérigos a nivel nacional y que comprenden ámbitos pastorales. Para ello se trabajó en una fase cualitativa y otra cuantitativa que son complementarias. Mientras lo cualitativo apunta a comprender el rol del componente psico-religioso en el proceso de construcción de la relación abusiva, y el impacto espiritual que esto tiene en la víctima; el aspecto cuantitativo buscó dimensionar y caracterizar las situaciones donde emergen las relaciones de abuso a partir de cuestionarios completados con la información proveniente desde expedientes canónicos o estatales.
Resultados Cuantitativos
Esta información se obtiene a partir de un listado de preguntas con información recopilada de la justicia estatal y de la justicia canónica, que incluye el contenido obtenido desde todo el itinerario jurídico canónico (investigación previa, proceso y decisión) de causas provenientes de diversas diócesis y comunidades religiosas.
Colaboraron con su información para el estudio 21 de las 27 diócesis existentes en el país: San Marcos de Arica, Calama, Copiapó, La Serena, Illapel, San Felipe, Valparaíso, Santiago, Rancagua, Talca, Linares, Chillán, Concepción, Temuco, Villarrica, Valdivia, Osorno, Puerto Montt, Ancud, Aysén, Punta Arenas. Al momento de la recolección de datos, 3 diócesis señalaron no tener causas: Antofagasta, Iquique y San Bernardo.
De las comunidades religiosas se obtuvo información desde 14 comunidades religiosas: Clérigos de San Viator, Clérigos de San Vicente, Compañía de Jesús (Jesuitas), Congregación de la Santa Cruz, Congregación de los Hermanos Maristas, Congregación de los Sagrados Corazones, Hermanos Menores Capuchinos, Misioneros Sagrada Familia, Orden Carmelitas Descalzos, Orden de la Merced (Mercedarios), Pequeña Obra de la Divina Providencia (Don Orione), Prelatura Personal del Opus Dei, Salesianos de don Bosco y Sociedad Misionera de San Columbano (Columbanos).
A través de la información recopilada por este estudio es posible contextualizar la magnitud de los casos sobre los delitos de índole sexual perpetrados por clérigos (sean diocesanos o religiosos).
La muestra analizada consiste en la información jurídica de 461 víctimas/sobrevivientes y 168 agresores en total (que se distinguen entre clérigos – diocesanos o religiosos – y no clérigos [religiosos o religiosas]) y, los respectivos procesos (que en la mayor parte tenían a más de una víctima/sobreviviente y, en escasas ocasiones, a más de un agresor).
Dentro de los principales hallazgos en el campo cuantitativo de esta investigación, destacan los siguientes elementos:
– Todos los agresores en el estudio tienen al menos una víctima/sobreviviente menor de edad.
– Solamente un 5,36% de los agresores tienen víctimas de ambos sexos.
– Los antecedentes demuestran que de 84 agresores (Clérigos Diocesanos), a 24 de ellos, la autoridad les advirtió previamente sobre su conducta, de manera que, eventualmente, se habría protegido a 66 menores de edad, si en vez de realizar dicha advertencia se hubiese iniciado una investigación.
– En el 90,17% de los casos existe investigación previa.
– El 25% de los casos ocurre en la parroquia, el 10,77% en la casa propia del clérigo.
– 0,99% víctimas/sobrevivientes por cada lugar en el que ha pasado el agresor (relación con promedio de víctima por agresor).
– El 93,2% sufrió tocamientos y en el 47,97% de los casos hubo actos de penetración.
– Ver Fase Cuantitativa completa
Resultados Cualitativos
La muestra final estuvo conformada por 34 entrevistados: 22 corresponden a sobrevivientes y 12 a terapeutas. En esta fase del estudio se busca caracterizar el fenómeno del abuso sexual en contexto eclesial en Chile, junto con comprender dicho fenómeno tal y cómo es significado por los participantes a partir de sus experiencias subjetivas.En el análisis descriptivo de las entrevistas a los sobrevivientes, se identifican ciertas dinámicas relacionales del clérigo, o religioso no clérigo, con la comunidad:
– Creación de un grupo cerrado, conformado por fieles, de preferencia jóvenes, y en el que se maneja códigos particulares y exclusivos para los integrantes, a los cuales otras personas no tienen acceso.
– Establecimiento de relaciones especiales o exclusivas con algunos miembros de la comunidad, se refiere al establecimiento de relaciones de mayor cercanía y favoritismo con algunos, aspecto que es, la mayoría de las veces, conocido y tolerado por los otros miembros de la comunidad.
– Creación de dinámicas de competencia entre los jóvenes.
– Rodearse de discípulos.
– Posicionarse como par dentro de los grupos de jóvenes.
Sobre la caracterización de la víctima y su entorno, entre otros elementos, el estudio identifica una alta participación en comunidades religiosas, en la que la Iglesia les brindaba un sentido de pertenencia y propósito, de modo que la participación en sus instituciones y actividades era un aspecto nuclear de la propia identidad.
Al describir el momento de vida o las características de la propia familia en tiempos donde ocurrió el abuso, un número importante de sobrevivientes entrevistados -especialmente aquellos que sufrieron abuso sexual por parte de un sacerdote o religioso siendo menores de edad- señalan la existencia de vulnerabilidad económica dada por una precariedad de ingresos, o de vulnerabilidad emocional generada por la muerte de un progenitor o hermano, o por relaciones familiares disfuncionales (p.e. enfermedad psiquiátrica, consumo de sustancias o violencia por parte de alguno de los adultos responsables).
Quienes fueron víctimas siendo mayores de edad, la vulnerabilidad familiar aparece con frecuencia como un antecedente de la propia historia de infancia o juventud. Al momento de la ocurrencia de los abusos, en algunos casos la vulnerabilidad viene dada, más bien, por el hecho de estar atravesando por alguna situación vital conflictiva, tales como crisis matrimoniales, crisis vocacionales, crisis laborales, crisis económicas, o una mezcla de las anteriores.
Dentro de los hallazgos cualitativos más relevantes de esta investigación, destaca la identificación de la presencia del “abuso espiritual” en la dinámica relacional, dado que es un elemento que no está presente en otros contextos. Este tipo de abuso es señalado principalmente por quienes fueron victimizados por un clérigo. Algunos sobrevivientes entrevistados definen abuso espiritual como el aprovechamiento de la fe que profesa la víctima para poder abusar de ella. Asimismo, indican que las estrategias utilizadas para tal propósito consisten en la manipulación de conciencia y en la distorsión del discurso religioso presentado a la víctima, con el fin de dar sustento, normalizar o justificar frente a ella sus aproximaciones sexualmente abusivas (ver Fase Cualitativa completa).
Como reflexiones finales de este resumen ejecutivo, es importante destacar que gran parte de los sobrevivientes entrevistados menciona que deciden participar en la investigación como una forma de contar lo ocurrido, lo cual les sirve a ellos para procesar la experiencia vivida y/o para poder ayudar a otros a partir de su testimonio. Esto releva la importancia de la escucha como una forma de reparación, y por otro, la importancia, ya descrita en la literatura de la importancia de las víctimas de poner su experiencia al servicio de otros, como un elemento relevante para la superación de la experiencia (Draucker et al., 2011). En ese sentido, el equipo de investigación, se encuentra profundamente agradecido de los sobrevivientes que quisieron compartir su dolorosa experiencia para ayudarnos a entender el fenómeno y admirados de su profunda fortaleza para salir adelante.
Los resultados obtenidos dan cuenta de algunas implicancias relevantes de las dinámicas relacionales a tener en cuenta para la prevención, entre las que destacan algunas, como por ejemplo: el cuidado especial que hay que tener con niños, niñas y adolescentes, respecto a estrategias de prevención en la línea de discutir el rol del sacerdote y los religiosos y los límites que puede tener la relación con ellos y los sacramentos, así como la educación para la fe, o el cuestionar la normalización que pudiera darse de relaciones exclusivas o privilegiadas entre el sacerdote/ religioso y algunos fieles, especialmente cuando son niños, niñas y jóvenes, por los riesgos que pueden tener este tipo de relaciones.
El estudio finaliza señalando que, para prevenir hacia el futuro y reparar hacia el pasado, es necesario comprender que “el tema de los abusos”, es decir, los delitos cometidos en la Iglesia constituyen el mayor desafío pastoral, la mayor urgencia para la “Iglesia que peregrina en Chile”.
Con información de la CECh.